jueves, 30 de septiembre de 2010

LA MEMORIA DE LA VIDA DIGITAL

En La cuarta página del diario El país, leí, todavía de madrugada, un artículo de Ernesto Hernández Busto llamado Memoria y olvido en la era de Internet. Al leer tan oscura disertación, y el tan patético fin que se plantea de la gente en la era de redes sociales, me doy cuenta de algo: la era digital es un hecho: no un apostolado, ni una profecía. La gran memoria electrónica de la humanidad no es una especulación. Es decir, no nos queda remedio que aprender a vivir con ella. Cómodo o no. Triste. Tal vez. Es, nadie nos está preguntando si queremos que sea o no. Nadie nos está preguntando si nos gusta el futuro que está tomando la tecnología, si nos parece bien o queremos detenerlo, ningún poder superior está llegando a nosotros a pedirnos opinión con respecto al nivel de comunicación.
Yo creo que los escándalos serán más y más, más serios, más graves. Destruirán más vidas, tal vez de muchos de nosotros. Pero llegará un momento en que esa memoria colectiva, perfectamente archivada en un ordenador sin límite que se encuentra en alguna galaxia no tan lejana a nuestro universo, toda esa información que incluye nuestras fotos, nuestras travesuras adolescentes, nuestros números de teléfono viejos, nuestra localización de GPS, los lugares en los que bebemos, los lugares en los que comemos, en los lugares en los que cogemos, con nuestras parejas o con las de otros. Esos aparatos que saben dónde estamos en cada caso y tienen una perfecta memoria del suceso. ¿Nos hará bien como humanos? Nadie sabe. Pero la discusión seguirá absurda mientras sigamos sin tener opción.
Mi consejo para esa humanidad quejumbrosa de los medios electrónicos de información y comunicación -redes sociales incluidas- es ¡acostúmbrense! Tarde o temprano lo tendrán que hacer. Si Borges pensaba que era bueno o no, si Walter Benjamin pensaba que algo como lo que vivimos ahora liquidaría al arte o no, da igual.
Hoy, Google es un hecho. Los archivos infinitos con fotos y sonidos de nosotros mismos son un hecho. Más nos vale aprender a vivir con ellos.
Y ya. ¡Nos vemos en el Facebook!

martes, 21 de septiembre de 2010

POR QUÉ ESCRIBO

Mentiría al decir que escribo porque quiero. Y posiblemente sería demasiado pretencioso decir que escribo porque necesito. Así que no escribo ni porque quiero ni porque necesito. Tampoco escribo porque tengo algo que decir, creo que al revés. Es decir, hay dos tipos de personas de letras, los que tienen algo que decir y aprenden a escribir para poder decirlo y los que tienen amor por las palabras y las utilizan como estilo de vida, y en el camino encuentran algo que merece la pena ser descrito y lo describen por amor a la palabra y no tanto por amor a la información. Entonces aparece el escritor como artista. Yo creo que me inclino un poco más al amor a las letras, es decir al cómo y no al qué.
            La fuerza del lenguaje es el arma del poeta, y del hombre de ciencia, y del informador. Así que pienso que el lenguaje es el arma de la humanidad, más peligroso que Einstein haciendo fórmulas que pueden destruir al mundo. Einstein tuvo que depender de las letras para que alguien, a principios del siglo veinte, supiera que hacía fórmulas y que una de ellas podía cambiar al mundo con un bum. Entonces, el lenguaje es la droga, el arma, la libido, el orgasmo, la materialización de los sueños y el peor enemigo de la verdad. O el amigo de la verdad, o el difusor de la cultura y de los avances tecnológicos. ¡Puta madre! Es demasiada responsabilidad la que tiene un teclado, o un lápiz, o Gutenberg, o la WWW.
            Tal vez yo sólo escribo porque encuentro esas os. Nada más. Porque encuentro las opciones y siento la responsabilidad compartida con el teclado y con las imprentas, y con lo que leo y con lo que veo. Entonces escribo por las os y por las ys. Escribo por mis manos, no por mí. No es una relación intelectual la que yo tengo con la literatura, es una relación meramente sexual, física, de corresponsabilidad. Eso es. ¿Dije sexual? ¡En qué estaba pensando! Es una relación de amor, de ese amor que no existe y se convierte en sexo con un hijo en camino Con la fuerza desmedida de una locura detestable. Del hijo al que se ama, con el que se descubre lo que es amor, y se descubre al mismo tiempo que no es lo mismo que estábamos haciendo para procrearlo, eso era coger. Pero ya amamos al fruto de nuestra sangre.
            Así es con las letras, las amo cuando nacen. Cuando se gestan, me hacen pensar que es amor, pero no. Es simplemente estimulación que termina en un eyaculación defectuosa que me hace pensar que soy responsable. Y el mundo sigue. Sin mí.
            Pero yo no quiero que se vaya. No quiero que el mundo me abandone. No necesito escribir. Tampoco quiero hacerlo. Pero tampoco quiero morir. Y esta es la única forma que tengo de mantenerme vivo.
            ¿Me explico?

domingo, 19 de septiembre de 2010

TAL VEZ

Tal vez de haber sabido
Si te veía o te soñaba hubiese podido rectificar
Valorar la realidad
Expresar mejor el sofisticado espacio
de tu ausencia

Tal vez de haberlo sabido
hubiésemos comprendido
La veracidad de los hechos
que expresábamos
Tal vez sólo somos cuerpos
Tal vez nuestros cuerpos
nos esconden entre ellos
Nos vigilan siendo esclavos
vapor 
sudor 
gemido 
tus labios

Quizá de haber sido verdad
Pudo haber sido nuestra como la lluvia
que no para
Como los ojos que se confunden
con nuestras propias manos

jueves, 16 de septiembre de 2010

EL PARQUE BAJO LA LLUVIA


Llegaste. Caminamos juntos por el parque en una escena casi cursi. Llovía, nos mojábamos con la tranquilidad con la que permite que lo alcance el agua quien está a punto de desvestirse. Nosotros sabíamos que nos desvestiríamos pronto, justo al cruzar el parque había que abrir una puerta, subir dos pisos de escalera y llegar a tu departamento. Ahí dejaríamos la ropa a un lado y nos lanzaríamos a la cama a coger con furia desesperada. No creías en esas ridiculeces seudometafóricas en las que alguien había decidido bautizar como ‘hacer el amor’ al coito. Nos deteníamos en la lluvia, nos besábamos como dos extraños. Éramos dos extraños que se besaban. Nos habíamos conocido quince minutos antes de que empezara a llover. Luego, la lluvia nos hizo abrazarnos. O nosotros. Tú me explicaste quién eras y lo que buscabas. Yo no dejaba de ver tu escote. Eras sólo un escote y yo sólo un par de ojos y un ardiente miembro casi adolescente que busca sexo como macho: animal desesperado dispuesto a empaparse por verte empapada y demostrarte cómo mi erección arrancaba gritos a tus entrañas mientras paseaba por dentro de ti. No podía creerlo. Eras tan bella.
            En medio de la lluvia te detuviste a saludar a alguien, no te importó mi presencia, ni la del agua, ni la del tipo al que besarte en la boca frente a mí mientras me tomabas de la mano. De pronto alguien le gritó, él salió corriendo y nosotros también, pero en dirección contraria, hacia tu departamento, el que me habías dicho que se encontraba terminando el parque. ¿Terminaría el parque eterno? ¿Adónde llegaríamos? Yo ya necesitaba de tu piel. ¿Cómo lo habías logrado?
            Tu escote fue haciendo sombra conforme oscurecía. No llegábamos a tu casa por más que nos besábamos en el parque, por más que corríamos entre los árboles. Me besabas más.
            De pronto lo descubrí. La lluvia nos alcanzaba en tu casa. Solos. No había nadie. Vi tu pecho, lo besé, mordí suavemente tus pezones con mis dedos enredados con tu cabello mojado, las gotas de lluvia se almacenaban en tu ombligo, esbelta, como siempre, la tierra ensuciaba mis manos mientras te quitaba los pantalones. Lodo estancado en tus botas mientras te las arrancaba con pasión para poder penetrarte.
            La fuerza de tus manos en mi espalda. ¿Por qué me quitas de ti? ¿Por qué me apartas? Me lastimas, ¿por qué lo haces? Golpes que me parecen conocidos. Todo se vuelve extraño y yo sigo mojando.
            Alcanzo a escuchar a uno de los policías hablando por el radio, algo de un siquiatra. Al parecer un imbécil había confundido un cementerio con un parque y quería desenterrar otra vez a su ex novia.
            ¿Por qué llamaste a la policía? Mi ropa está empapada.
            

lunes, 13 de septiembre de 2010

PATRIA SIN POESÍA. TU DESNUDA

Te esperaba
Y nos buscamos por la noche
Fuiste campanas
en la noche y en la niebla
Tu sonido fue mi guía

Te esperaba
Y nos encontramos sin saberlo
Nos bebimos
como lunas
Como barcos que se extienden
a las olas

Fuiste campanas
y brillaste libertad
En los ecos de la aurora desolada
tu sonido fue mi guía
Fuiste niebla

La soledad de todos esos años
sin palabras
Fuiste luz
Pleno desierto de oraciones
Eres fuerza
Y te desvisto con mi fe

domingo, 12 de septiembre de 2010

MUJER. PATRIA. POESíA. (LUCHA/EROTISMO) (VOS/VOZ)

Se ha vuelto casi erótico buscarte. Inventarte en la locura de mis letras entre causas y voz alta. Inventarte en la marginación y en la belleza: escondida en la piadosa transición de la muerte a la satisfacción de haber luchado.
Se ha vuelto casi erótico conocerte y desconocerte, invitarte a mi obsesión de madrugada y dibujarte en esa piel. Tu sudor después de una jornada: el aroma que decreta autoritariamente la pasión. Grados centígrados y lágrimas. Cómo no va ser erótica la simple enunciación de tu escote. Cómo no va ser erótico buscarte si aun no despierta en mí tu voz.
Somos gritos: espalda contra espalda. Patria desmedida y derechos reservados. Piel morena y mil colores. Te busco. Ni siquiera sé si quiero encontrarte.
Pero te convertiste en obsesión temporal y en poesía. En personaje y en sonrisa libre.
En poesía de la patria. Literatura erótica del corazón. De la lucha siendo gritos que no callan
nunca entre tus piernas.

sábado, 11 de septiembre de 2010

OBSESIONES

Mientras tú vas aprendiendo de obsesiones
yo te enseño a sonreír

A demostrar que hay vida juntos

A desvelar tu cuerpo con sudor

Mientras vas entendiendo de obsesiones
te consumo y te entretengo

Te doy un poco más de mí

Te busco por la noche con pasión

Mientras llueves sin estrellas eres luna
y te vuelves obsesiones

Te descubres desertando

Te apoderas de mis manos

Eres labios
entre dientes

Eres lengua
sin pudor

Ilusión
de madrugada

Mientras vas aprendiendo de ternura
te desvisto
para hacerte mi obsesión

viernes, 10 de septiembre de 2010

SIN POESÍA NO HAY PATRIA (1)

Escribimos más de lo que soñamos, noches, escribimos más de lo que hablamos.
Hablamos tinta y observamos melodías desprovistas de un sol a minutos de su muerte. Escribimos más de lo que soñamos, sin duda, más de lo que hablamos. Nos miramos desnudos en las yemas de los dedos, en la punto del deseo que se escapa sin dejar rastro.
            Hoy mi ciudad aparece en medio de una tarde rancia. Hoy el tráfico espera a que lleguemos todos. Hoy hay música y pronto habrá grito de independencia. Hoy no creemos en los revolucionarios de entonces, ni en los defensores, y ni en los revolucionarios de hoy.
            Estamos encabronados de que no nos dejan usar nuestra calle. Nuestros compadres periodistas se quejan de lo mucho que se ha gastado en el evento del bicentenario. Y nada. Ni modo, nos esperaremos otros cien años, al fin y al cabo qué tanto es tantito. Ya lo decía nuestro cuate Syntek, ¿no? El futuro es milenario, con la obviedad y estupidez que encierre esta frase. Nos quedamos con un nada. Con lo que no se siente, con un morboso tráfico y una tarde a punto de morir.
            El orgullo y esas cosas deberá aparecer en libros de texto o así. En épocas en las que había intelectuales en nuestro país, en las que poemas abundarían en la esencia de una patria (me da hueva decir la patria en un momento como este) que se aburre de sus letras, de sus sonidos, pero sobre todo, de sus líderes.
            No hay poesía donde abundan los cancioneros que le dicen a Thalía y a Anahí donde poner el acento. No hay poesía cuando Syntek la mastica en nombre de la patria.
            No hay patria, si la patria no tiene poesía.
            Escribimos más de lo que soñamos, porque dejamos los sueños fuera de este momento que deberá ser increíble.
            Seamos poesía, demos vida a la digitalización de poesía. El cententario, bicentenario y aniversario está aquí, en nuestros himnos y en nuestras letras.
            ¿Y si publicamos en esta página minipoemas mexicanos?

POR SUPUESTO QUE EXISTO

Algunas veces sólo hace falta gritar. Sólo hace falta decir lo que pensamos. Lo que pienso. Por supuesto que no existo. Entre la piel y la amargura. Lágrimas y miel del porvenir. Somos cuerpos que se esconden. Sólo hace falta gritar. Para hacer evidente un orgasmo, o para hacer callar al enemigo. Alzar la voz para ser escuchados.
Empieza por aquí la crónica. Y ya. Por supuesto que existo. Aquí, con piel y lágrimas.
Sin olor a sexo existo.
He decidido no dejar este espacio. Y gritar.
¿Alguien grita conmigo?

miércoles, 8 de septiembre de 2010

OTRA VEZ DE VUELTA, SEGUIMOS...


Me voy enterando del mundo que me rodea. Sí, hoy. No antes, antes de hoy no sabía nada, el mundo que me rodeaba no era mundo, era otra cosa. Un trazo desinflado de una cultura inexistente que no tiene historia, que se pierde en el deliro de un átomo exiliado. Hoy me entero que hay un mundo, una historia y una cultura, ¿por qué hoy? Ni puta idea. ¡Ni puta idea! No sé si qué me conmueve o que es lo que dé nombre a esta infame modernidad que ya no peca de moderna, sino de rayar en el absurdo desconcierto de la ciencia, del poder de los derechos humanos, del poder que vuelven a tener los tiraos, de ese miso que nunca dejaron ir. Los tiranos son los mismos, el odio es el mismo, la impotencia de los buenos corazones es la misma.
            Por eso los artistas menguan y los intelectuales son una raza en peligro de extinción. Por eso la locura nos abandona y la tecnología nos deja atrás, los humanos estamos despertando de una apatía que duró décadas. Y nos damos cuenta de cosas que nunca dejaron de suceder. Con los bytes y los pies, con los dedos activos en tecleados y los ojos activos en monitores, con la mente activa en una espectacular pornografía que ha llegado hasta los hogares de las amas de casa más decentes, con obscenidades que se esconden en cotidianidad. Con un presidente francés expulsando minorías en pleno siglo veintiuno.
            ¡Con mamadas así!
Por favor, volvámonos algo, hagamos una lucha más fuerte para decir
            ¡NO A LA XENOFOBIA! ¡NO A LA RIDÍCULA ESPECULACIÓN DEL SER! ¡SEAMOS POESÍA Y ARTE GRITANDO! ¿DÓNDE ESTÁN LOS CREATIVOS, PUTA MADRE?
            Nos vemos por aquí mañana, con poesía de protesta, con sensualidad y con fuerza, ¿sí?  
            Si te quedas, prometo ya no irme. ¿Me acompañas en el nuevo viaje a la locura?


¿Y ÉSTE QUÉ?

Mi foto
Un observador del mundo actual. Leo. Luego escribo. A veces me cuesta trabajo comprender que existo. Pero me gusta observar el mundo actual y plasmarlo en letras. No hay mucho más.

SI BUSCAS...

Subscribe via email

Enter your email address:

Delivered by FeedBurner

Subscribe Now: Feed Icon