lunes, 26 de julio de 2010

COMIENZO


Comienzo
Por algún lado lo tengo que hacer
Creo
Y con eso comienzo
Soñar
Creer
Volar
Evitar los designados testimonios
de un futuro que se queja
mucho antes de nacer
Génesis ideático
Apocalipsis
que desviste a la razón
Regresamos desolados de los sueños
Destinados a suspiros y traición

Comienzo
Por no poder dejar de hacerlo
Y creo porque no dejo de soñar
Encontrar
Deliberar
Pensar
En un mundo con el pensamiento secuestrado
Me hipnotiza la ignorancia
Lloro
Porque no dejo de creer
No hables más
Callemos
Juntos
En un grito que libere a nuestra voz
En las letras horizonte
En las franjas que devoran espejismos

Comienzo
Comencemos
Aprendamos a sentir
Somos sangre
Comencemos
Somos lluvia desde dentro de la piel
Dejemos de hablar
Y gritemos en silencio
No hagamos fuerte al detractor
con la voz de nuestro ruido
Creamos
En principio de ilusiones
Construyendo fortalezas de pasión

martes, 20 de julio de 2010

MIS MANOS LO DICEN, NO YO

De pronto, entre tanta pasión que despierta la enorme necesidad de la poesía en una cultura y la profunda frustración de la hipocresía que se ha creado alrededor de los derechos humanos, me inspiro y me hago a un lado. Dejo escribir a mis dedos sin que estos pidan permiso a mi cerebro, mi cerebro tiene otros trabajos, otras estupideces materiales de las cuales depende para poder sobrevivir. Mis manos no. Mis manos escriben, tocan. Buscan, incansables, la textura de la humedad y del deseo. Desean y gritan. Mis manos son quienes me enseñan a vivir. La culpa de no aprender es mía.
            Estoy desesperado intentando conocer un poco más del arte en un mundo digitalizado. No conozco nada, no entiendo nada. Mis manos no tienen que hacerlo. Simplemente hacen a un lado la nostalgia y escriben. Mis manos son las dueñas de mi firma, de mis letras. Yo no soy poeta. Puta madre. Ellas de pronto lo son. Mis manos se confunden con sudores en aquellos pechos desnudos, mi mente las habita, no al revés. Soy un loco, algunos dicen, pero soy un loco que busca paz. Un loco que cree en las letras, en algún tipo de verdad. Soy un loco que cree en la poesía. Y creo en la poesía porque es la madre de la madre naturaleza, porque no hay más causa no causada que una palabra. Y mis manos creen en el arte. Y el siglo XXI es el siglo del arte, de un arte que tiene que revivir, del que todavía no nos percatamos. Este es el siglo de la literatura, ¿alguien no lo ve? En fin, son mis manos, son sólo ellas las que hablan.
            Me dibujan un castillo para que humildemente habite. Me dan de comer. Escriben. Son las manos. Mientras tanto te respiro. Bebo de tu alma y despierto en ese fuego que lleva tu nombre. Te llamo cuando no te veo, cuando te veo te destrozo, te devoro sin piedad. Eres sangre. Y te deseo. Esas manos tienen que gritar. Porque viven en un mundo de poesía. De poesía y de deseo. Porque quieren, como el resto de los humanos sentir. Porque necesitan sentir para poder pensar. Porque pensamos lo que sentimos. Porque nuestra puta política no nos hace gritar. Creo en la poesía ¿lo había dicho antes? Y solamente hoy me siento poeta, porque vivo en el mundo de mis manos, de sus dedos, de aquel ser que no soy yo, que no existe. Soy poeta, siempre y cuando no exista.
            Necesito gritar, necesito que mis manos me ayuden a hacerlo, necesito que los ojos que hacen el amor con mis dedos griten conmigo. Porque estoy cagado de un mundo sin justicia, sin igualdad y sin derechos. De un mundo con el liderazgo perdido a falta de guías, no para pensar, para sentir. La intelectualidad de fuego, la de los poetas, la de las manos. La que sólo puede revivir en los blogs, en los blogs que pueden hacer algo. Entonces grito.
            Y regreso paso a paso a mis manos, a la poesía y a esas cosas. Sí. Se necesita deseo, calentura, erecciones y humedad para hacer cambios. Para defender con nuestra sangre aquello en lo que creemos. Para tener en qué creer. Inocencia deslindada del engaño del delirio. Del instante en que tu piel pierde color. Soledad en un teclado, amargura indescifrable. Un amargo paso en el destino de la voz. Gritemos, sin fuerza no hay voz. Sin manos, no hay letras. Mis manos lo dicen, no yo. 

lunes, 19 de julio de 2010

NOSOTROS, LA GENERACIÓN DIGITAL


Nosotros, los mismos que navegamos en Internet con la naturalidad con la que antes accedíamos a cualquier directorio o enciclopedia para buscar un dato, los mismos que enviamos un mail o un mensaje de texto con la misma naturalidad con la que un conductor hace cambio de velocidades para manejar su automóvil. Nosotros somos los testigos de la poca conciencia que esconde nuestro mundo, de los valores perdidos disfrazados de protección de los valores. De un sistema que hace ruido de  los peligros de la obesidad infantil pero no puede tomar acciones concretas por razones de dinero. Nosotros vemos que la esclavitud sigue existiendo y no queremos darnos cuenta. Y al mismo tiempo, nos comunicamos con todo el mundo en un instante.
            Somos de la generación que puede leer a Malcolm Gladwell y a Don Tapscot, que vemos en lo digital una oportunidad para sobresalir. Somos la generación de Google, de Yahoo, de Dell, de Mac. Somos quienes nos enteramos por Twitter de las noticias antes que nadie, somos los que leemos blogs, los que los escribimos. Pero todavía no queremos ver el alcance de las comunicaciones. Somos los pioneros en el nuevo arte y en la opinión política masificada, somos los pioneros de las narraciones de juegos deportivos a través de redes sociales. Los primeros en tener acceso en segundos a cualquier información del gobierno, o de las noticias internacionales, o de la biografía de cualquier personaje en segundos. Tenemos comunicación con decenas de personas simultáneamente y no nos damos cuenta del alcance que esto representa. Somos nosotros. Quienes veremos a la economía dar la vuelta y dejar de ser como hasta hoy se conocía.
            Existimos y consumimos información, la creamos. Podemos dedicar nuestro tiempo a leer a William Finnegan (The New Yorker) sobre la inmigración en Arizona para darnos cuenta de los planteamientos reales y de las soluciones probables y no racistas. Podemos utilizar Google para traducir estos artículos, también podemos leer los chismes de la SME y su defensa de derechos sin fondo ni propuesta. Nosotros hoy somos nuestra fuente de información. Tenemos más letras que nunca, sólo las necesitamos buscar. Y al buscarlo, tenemos que tener claro aquello que apoyamos. La era digital no es sino nuestra aliada. Somos parte de ella, y lo seremos queriéndolo o no. Una inmensa parte de nuestro mundo está dentro de un monitor y un teclado. Eso nos debe servir para ser mejores, no más aislados, no más cobardes, sino más valientes.
            Nosotros, los mismos que navegamos por Internet y charlamos con nuestros familiares podemos parar los horrores que acribillan a una sociedad, podemos dar a conocer los problemas de salud reales, como son. Lo mismo con los problemas sociales. Somos nosotros, los de la nueva generación quienes lograremos el nuevo esquema de vida, en un mundo más sano, con más arte, más conocimiento, y sobre todo, más conciencia.
            No permitamos que Jan Brewer haga que los niños nacidos en EUA de padres mexicanos sean llevados a México cuando tienen una vida allá. No permitamos que se persiga a nadie por su color de piel, no permitamos que se juzgue por una procedencia o por su raza. No permitamos que nos digan que las matanzas se valen, bajo ninguna circunstancia. Somos nosotros, los que tenemos todos los medios para hacer sonar nuestra propia voz.
            Somos aquellos que podemos creer en algo. 

viernes, 16 de julio de 2010

UN AMANTE OSCURO


Caminas desolada, encuentras en la luna un desafío. Pero la luna no quiere hablar contigo, se esconde para dejarte sola entre la noche, en total oscuridad. La oscuridad toma vida. Lo sabías. Te derrite. La oscuridad se vuelve un amante que se pierde por tu piel, la conoces, has estado a solas entre sus brazos. Sabes que te dejará al final, con las piernas abiertas, cansada, con el sexo empapado y la frente escurriendo de sudor. Con el pánico de la soledad que te acompaña, que siempre te ha acompañado. No tienes idea de cuál es tu nombre cuando la luna no quiere hablar contigo. No sabes nada. Caminas desolada y de pronto te detienes, esa calle es más que un bosque. Árboles que marcan el camino, que derraman ansiedad y devoción, que se lucen con sus ramas, como dedos. Te desvisten y te llenan de placer. Lo recuerdas. El recuerdo es tu único aliado, te acompaña mientras te desvistes voluntaria ante las ramas que te tocan, ante aquella oscuridad que juega entre tus piernas, te devora. Y los árboles dibujan tus pezones extasiados. La noche te penetra. Todo es negro, tus gemidos no se ahogan, se transforman en viento, tenebroso grito de ansiedad.
            Es tu orgasmo quien se escapa de las nubes, son los truenos que responden a tu ser. Gritas, vives. Lloras. Sabes que pronto querrás morir, despiertas desvelada en el deseo. Destrozada de placer. Eres miedo. Te desvaneces. Y la oscuridad le da tu nombre al olvido. Desaparece como siempre: pobre loca abandonada.
            Caminas desolada y te topas con tu suerte, con la vida y sus errores, con el tiempo que se fue. No conoces la cara de la luna, siempre la esconde. El sol se da la vuelta cuando vas. No eres sol ni eres luna. Eres sueño y surrealismo. Una tonta ventana que no lleva hacia la calle, una puerta sin llave y sin sentido. Una puerta al aire libre.
            Te ves a ti misma en el cuarto de un hotel. No encuentras a tu pasado reciente. No fuiste violada, lo sabes, tu cuerpo dice que lo hiciste a voluntad. No recuerdas nada, nunca lo haces. Tienes que apurarte y llegar a algún destino. Tu vida te espera, esa vida que sin máscaras habitas. El sexo y los sueños se confunden con verdades.
            ¿Cómo se llamaba en esta ocasión la oscuridad? Seguramente él tendrá tu teléfono.

martes, 13 de julio de 2010

SIN HABLAR

Regreso de noche sin mucho que decir. El día fue más pesado de lo que esperaba. Pero llego a casa con la esperanza de olvidar todo, tomo una botella de agua del refrigerador y me dirijo hacia la sala, hasta el sillón que me recibe cada noche. Enciendo un cigarro, el único que fumo en el día. Llega Antonieta. Se acomoda junto a mí. Yo no tengo mucho para decir entonces no digo nada. Ella tampoco habla. No me abraza. La miro. Me mira. De pronto la vida se vuelve un sofá en medio de una noche tenebrosa. El humo del cigarro sigue haciendo figuras, pero pronto se consumirá y yo tendré que hacer algo, moverme, hablar. El cigarro sigue consumiéndose, Antonieta respira brevemente, como tomando aire para decir algo, se dispone a hablar. Yo no puedo dejar que eso suceda. Apago el cigarro antes de tiempo. Tapo con la palma de mi mano la boca de mi esposa. Al parecer no puede respirar. No me importa. Presiono con más fuerza. La lastimo. Lo sé.
            Ella se levanta llorando. Como siempre. Escucho que pone el seguro en el cuarto para que yo no pueda entrar. Tenemos que hablar. Ella me quiere abandonar. Lo sé, lo sé desde hace tiempo. No sabe cómo decirlo, no lo quiero escuchar. No hablamos. No hablo. Mi vida es complicada. Siento la presión que se mueve por mi cuerpo, mi sangre lleva una carga distinta a la de siempre mientras los recuerdos aparecen. Memorias de mis mejores momentos con Antonieta, de nuestra relación, de su cuerpo, de su sonrisa, de aquella belleza hipnotizante. De lo que era.
            Antonieta debajo de las sábanas, mi esposa, mi amada, mi amante. Mis manos recorrían su desnudez poco a poco, sin prisa, sentían los secretos de su espalda, mis dedos los escuchaban, nuestros cuerpos se acercaban cada vez más. Comenzaba a quitar poco a poco su ropa de noche, siempre bajo las sábanas, le decía lo mucho que la amaba, lo mucho que la deseaba, le decía que era la mujer más hermosa que hubiese visto jamás, lo creía. Lo creía con fuerza. Lo era. Hacíamos el amor, con tanta paz, con tanto deseo. La besaba todo el tiempo, sin parar, sin tomar siquiera aire, para terminar juntos en un orgasmo compartido y un beso desenfrenado en medio de te amos.
            Comienzo a tocar más fuerte en la puerta del cuarto, no se digna a abrir. No hay llave, y si hubiera no sabría dónde buscarla. Me irrito, comienzo a patear la puerta. Entiendo que no es fácil derribarla. Uso todas mis fuerzas. Ella no responde, sólo escucho sus sollozos. Los dejo de escuchar porque comienzo a golpear fuertemente la puerta con una silla. Logro romperla. Ella no está, escapó por la ventana.
            Mis piernas pierden fuerza, caigo de rodillas sobre el suelo de la recámara. No puedo llorar, no puedo respirar. No sé si estoy vivo. Mi corazón se detiene, mi sangre se convierte en cemento, mi cabeza en plomo. Logro suspirar y al exhalar sale un grito de desesperación acompañado de lágrimas.
            Del piso 22 sólo se puede escapar de una forma. Alcanzo a escuchar las sirenas

domingo, 11 de julio de 2010

CHARLATANES, TUIT(JA)STARS Y OPORTUNIDAD


Esta maravillosa era digital de la que somos parte, refleja un mundo lleno de carencias, un mundo sin amor, lleno de gente sedienta de aprobación y fama. Fama ilusoria y amor virtual. Un gran tema para discutir, seudo políticos farsantes, agitadores de octava, aspirantes a periodista y periodistas baratos. Escritores sin letras y poetas sin poesía. Lucha sin lucha y causas sin causa. Una era en la que dentro de todo el valor, encontramos un vacío inmenso. La comunicación se vuelve inmediata, el arte también, la maravilla es inminente pero rodeada de mierda. Cientos de personas sintiéndose estrellas y llegando a trabajar a una oficina sucia, con una computadora vieja y un puñado de burócratas ignorantes desayunando Cocacolas y Gansitos. Pero el Twitter los salva. Hace que cada una de esas tristes personitas tenga una vida de fama, un escote deseado, una frase citada.
            La calidad nunca será parte de las masas. Es difícil entenderlo, pero hay que buscar la forma de hacerlo. Escribir lo mismo que pueden escribir millones no puede llamarse sobresaliente, y pintar cuadros iguales a los de las tiendas baratas de decoración para enseñarlos por Internet y que unas cuantas personas digan que es una obra maestra no es suficiente. Aunque tantos lo sientan. Pobres de aquellos charlatanes que sienten que son famosos por su número de seguidores pero tienen su agenda real tan vacía que da pena, que dan por un hecho que todos los siguen con cuidado, pero en la tienda de la esquina nadie sabe su nombre. Nadie se pregunta quiénes son, cuando se presentan, nadie los conoce como alguien que suene.
            La vida real, el éxito, son mucho más difíciles de lo que prometen las redes sociales, que aquella sensación de galán o galana, de periodista, artista o escritor, de gurú de la electrónica o conocedor del panorama global. Bah. Si en este país la falta de esfuerzo y de compromiso es lo que nos ha llevado a la chingada, es lo que caracteriza a una gran parte de nuestras instituciones. ¿Por qué seguir por el mismo camino del ahí se va?
            Esta era, la digital, nos trae oportunidades maravillosas, tanto a los creadores como a los receptores, podemos saber, conocer. Mucho más, el pasado y el presente están en nuestras manos, todos los elementos necesarios para abrir nuestros empolvados cocos, para dibujar nuestros sueños y visiones del porvenir. Tenemos todo para tener todo. La única condición es no confundirnos. Tecnológica o no, la mierda es mierda. Busquen al periodista en el que crean, no importa de dónde sea y síganlo, escúchenlo, busquen sus recomendaciones y sigan de ahí. No se dejen vender por cualquier charlatanería tuitera. Lo mismo con los artistas, escritores, músicos, caricaturistas.
            Vivimos en la mejor oportunidad de los artistas de toda la historia. Seamos creativos, demos la oportunidad a otros, busquemos nuevos horizontes. Es hora de convertirnos en nuestros propios jueces, en aquellos que seleccionan lo que queremos. Sólo hay que saber buscar.
            Dejemos a un lado a los populistas agitadores, a las chicas doradas y a los comediantes vendidos. Demos su lugar a los tuitstars, en su estúpido mundito. En el que ellos mismos se sienten estrellas. Es hora de formar nuestro propio criterio, hacer nuestra propia vanguardia, dar pie a los nuevos movimientos y hacer de las letras la inspiración de millones. Eso es justo lo que necesita este mundo. Y para eso tenemos la tecnología, los bytes y los blogs, los tuits y los lins. Todo es nuestro. El pasado y el futuro nos pertenecen.
            No lo desperdiciemos en pendejadas ajenas. Esas ya las conocemos. 

viernes, 9 de julio de 2010

OTRA VEZ CERCA

De cerca tu mirada
en mi memoria
En mi espalda
con tus manos
De cerca te desvelo
Me evaporo
en la constancia
y la ansiedad
Me despierto
ante tu aroma
De cerca es un abrazo
Un segundo de la piel
De cerca tu aliento
Mi cuello
Tu cuello y mi razón
De cerca nos fundimos
Somos uno
Desbocado y seductor

¿Y ÉSTE QUÉ?

Mi foto
Un observador del mundo actual. Leo. Luego escribo. A veces me cuesta trabajo comprender que existo. Pero me gusta observar el mundo actual y plasmarlo en letras. No hay mucho más.

SI BUSCAS...

Subscribe via email

Enter your email address:

Delivered by FeedBurner

Subscribe Now: Feed Icon