jueves, 21 de octubre de 2010

BIENVENIDOS TODOS. LA NUEVA POESÍA

La poesía del delirio me obliga a detenerme un tiempo a decir algo. Un alto en medio de una vida que a nadie le interesa para decir algo. O nada. La poesía del delirio, el delirio de las letras hartas intentando devolver el sentido a todo aquello que ya lo ha perdido, la poesía del delirio, la locura en forma de poesía que se inflama de pasiones alimentadas de lo que sucede alrededor de nuestra propia ensimismada realidad. Externa. Interna. Desafiante e insultante realidad que nos comemos, que padecemos en forma de sonrisas ajenas que no encuentran las nuestras.
            La poesía de los cuerpos y los bailes de Shakira. La poesía del sonido y el blues, ya fijo, de Eric Clapton. Las letras delineando lo que somos y pretendiendo saberlo. La poesía de la piel y del delirio que se inventa tras de mí. La poesía de los sueños y de lo que aspiramos alcanzar.
            Lo que aspiramos alcanzar está en nuestras manos, siempre y cuando lo sepamos conocer, siempre y cuando lo sepamos dibujar inspirados en los dibujos que escriben otros, en la poesía del delirio, la de la fantasía la de la realidad alterna en la que yo quiero estar.
            En las letras, en Internet, en los blogs, en cada una de las  palabras que leemos en un iPad, o en un monitor. La nueva cara de nuestra vieja cara. Sudando, gritando, gimiendo, pariendo locura que se fuga por aquello que queremos ser. Delirio. Poesía. Música. Palabras.
            Bienvenidos todos a la nueva era de poesía en la política. De la Poesía en la Política. 

martes, 19 de octubre de 2010

ERAS

Eras
sin fundirte al esperar mi resistencia
Eras
Y llegaste
Sangre imbécil
que te busca
Que te encuentra
estacionada en mi cajón
Eras
al llegar mi resistencia
Al sonar en el sonido de mi voz
Eras
y los fuiste
La constante
Entre locura y ansiedad
Eras
Lo que somos
Lo que fuimos
Eras
la mañana de mi fe
Eras
El ocaso
Sin llegada
Y llegaste
Asomando por mis manos
con pasión
Eras lo que somos
Regresamos
Eras fuego


Eres sol
Y quemas

miércoles, 13 de octubre de 2010

EL RUIDO DE HOY

A partir de hoy, para dar un poco de variedad a mi propia loquera digital y a mis intentos por ser parte de un mundo de letras en pañales que nos dibuja el inicio del siglo XXI, retomo un cuaderno de ejercicios: El ruido de hoy. ¿Qué es? No sé. Pero poco a poco lo iré descubriendo: un cuaderno de ejercicios: una responsabilidad. 
Una nueva voz. 
Parte de un concepto integral del que pronto hablaré mucho y que será lo que yo entiendo por literatura. 
Una voz para la literatura digital.  
¿Me ayudan a hacerla gritar? 

El click es aquí.

lunes, 11 de octubre de 2010

EL INICIO DEL UNIVERSO: TÚ

Empiezas tú, siendo testigo. Empiezas tú, comprendiendo la razón. Descubres soles, lunas y emociones. Lloras sin parar. Empiezas tú siendo universo, dando pie a la existencia como tal. Empiezas tú: siendo, y dando fe de la verdad de la creación. Eres. Somos. Pero primero eres. El mundo gira a tu alrededor. Porque eres vida y universo. El inicio y eventualmente el final.
Sí, claro que eres amor mientras tanto. Pero al morir termina el show. Pasas a otro escenario.
Dejando atrás al universo que viste comenzar, que hiciste comenzar.

domingo, 10 de octubre de 2010

MI DERECHO. LO QUE SOY


He gritado a viva voz y he abierto la puerta que me lleva a un mundo diferente. He sido un escritor peruano con canas y libros suficientes para poder firmar con tinta. He sido un disidente chino viviendo en una prisión y viendo cómo el mundo lo pelea, lo defiende. He sido aquel que defiende los derechos humanos en un mundo que no termina de conocerlos. El pobre está en prisión y a nosotros no nos gusta. Aunque está mal que fume ese señor, le va a dar un no sé qué si lo sigue haciendo, pero pobre, porque es víctima de una tiranía que no acepta reformas políticas ni entiende de derechos humanos, de esos derechos humanos que tanto pelea el mundo, de esos derechos humanos que el prisionero defendía siendo disidente y lo llevó a la cárcel. De esos derechos que no tienen algunos humanos mientras otros callan.
            He gritado a viva voz y he pasado inadvertido. Eso duele cuando he sido presidente de un país corrupto y un intelectual desesperado por saber, he sido un poeta más maldito que poeta y un maldito más poeta que pendejo. He sido premio Nobel de la ciencia y del artificial camino hacia una luna que conozco, he visto la Tierra desde el espacio exterior como un tal Major Tom. He visto desprenderse del planeta miles de globos que llevan sus cartas a Santa. He aprendido a respirar bajo el agua mientras escapo de mis cadenas. He sido escapista, trapecista, caminado por la cuerda floja y me he disfrazado de payaso para Felini, He caminado entre los tigres y llorado borracho por actrices de cine. He escrito obras de teatro y pensado en el suicidio. He pensado que no existo y descubierto que es mentira.
            He sido un importante periodista que no termina de entender qué es lo que sucede con su patria, he sido un filosofo comprometido con el lenguaje y he sido filosofo sin saber escribir. Sigo vivo. Y eso es cierto.
            Soy testigo de un mundo que no entiende, que decidió callar la boca hace mucho. Soy testigo que ese mundo que se vuelve contra sí mismo buscando pelear, un mundo traicionero e hipócrita. Soy testigo de un mundo. Soy un mundo, soy mil mundos. Un escritor con canas y libros, con miles de años esperando una vieja ya ganada aprobación.
            Ese mundo, disidente, que defiendo y no me defiende. Esa democracia que se queja de ser ella. Esa democracia que mata y llora. Que sangra mientras la paz dice mi nombre. Soy un nombre, tantos nombres. Soy un ser que lucha como tantos por un planeta que no puede llamarse justo.
            Tengo un derecho. Y ese es el derecho de existir.

Dedicado a Liu Xiaobo y los derechos humanos. 


jueves, 7 de octubre de 2010

SIN APOLOGÍAS: MARIO VARGAS LLOSA Y EL VIAJE POR EL PLANETA NOBEL

MARIO VARGAS LLOSA
Me hubiera gustado ser quien decidiera a quién se daría el Nobel. Sacar mis más profundos miedos y admiraciones, sacar a relucir el gusto de millones de personas que hablarán de lo mismo durante algunos días. Recuerdo el momento en que Octavio Paz ganó su Nobel, la etapa, pero definitivamente no recuerdo el día. Luego recuerdo que Hertha Müller ganó el año pasado el mismo galardón, sin embargo, no sabía nada de ella. Nada. Sólo que no debía de ser tan mala porque en español la publicaba Siruela, y Siruela generalmente tenía una buena selección de autores. Recuerdo haber intentado leer a Le Clézio un poco antes de que fuera nombrado Nobel, me costó mucho trabajo. Recuerdo a Pamuk y a Lessing, descubriendo entonces que no importaba si a mi juicio dicho autor merecía un Nobel o no, lo importante es que siempre sería una buena recomendación. Recuerdo mi relación con los libros de Doris Lessing y mi fervor por J. M. Coetzee. Recuerdo mi decepción con Saramago y mi fascinación eterna por Octavio Paz. Todos aquellos a los que nunca hubiese dado Nobel y a algunos a quienes lo daría año tras año. Tras año. Tras año. Recuerdo el alma de las letras según yo. Y la esencia de la tinta en mi alma. Recuerdo que algo me hizo decidirme a escribir aunque no recuerdo qué. Recuerdo que hace muchos años me dijeron que Carlos Fuentes sería el próximo Nobel, y recuerdo que lo siguen diciendo. Lo mismo de Kundera. Lo mismo de Vargas Llosa.
Hoy es Vargas Llosa. En igualdad de circunstancias que su compadre, amigo, enemigo, contrincante Gabriel García Márquez. Ahora la Fiesta del chivo puede hablar de tú con Cien años de soledad, al menos en lo que a honores se refiere. ¡Cuánto me gustaría ser yo quien decidiera el Nobel! Tal vez lo utilizaría como experimento Social; es decir, tal vez lo otorgaría a Guadalupe Loaeza o a Cuauhtémoc Sánchez para ver qué diría el público al respecto, para ver si también todos dirían que los admiran, que los adoran, ¿y si Corín Tellado hubiese sido Nobel? Tal vez daría el Nobel a Chimamanda Adichie que tiene mi edad y me parece maravillosa, o a Amos Oz por su loca forma de narrar la loca realidad en su maravillosa fantasía. Tal vez se lo daría a Vargas Llosa. Tal vez no.
Pero recuerdo que ya vivimos entre Kindle, iPad y cosas así. Recuerdo que Enrique Vila-Matas es grande y apoya a la literatura electrónica. Recuerdo que mi calendario dice 2010. Recuerdo muchas cosas. Muchas. Recuerdo que se me olvidó poner comida esta mañana a mi perra. Y que Mario Vargas Llosa es finalmente Nobel de literatura.
Me da gusto. Aunque no sea mi favorito. Porque odia a Chávez, me da gusto por La tía Julia y el escribidor, me da gusto por la ciudad y los perros, me da gusto por La niña mala, me da gusto porque escribe en español, me da gusto porque recuerdo haber leído cuando estaba de moda La fiesta del chivo, y haberlo vuelto a leer antes de publicar mi segunda novela, y disfrutarlo ambas veces, y admirarlo ambas veces, y seguirlo admirando hoy. Y diciendo que si el Nobel lo dieran a un libro, yo lo daría a ese.
Entonces, me gustaría ser yo quien da el Nobel. Quizá no lo hubiese dado a La fiesta del chivo, sino a Un hombre sentimental de Javier Marías, o a Javier Marías ya que andamos en lengua hispana, o a Philip Roth, por su brillante humor. No se lo hubiera dado a Murakami porque todavía no considero que sea hora de que lo reciba. Se lo daría tal vez a un poeta, pero ya hay pocos. Se lo daría tal vez a Leonard Cohen si no cantara y si nunca hubiese escrito una novela. Se lo daría a los que ya lo tienen tal vez.
Se lo daría a Octavio Paz, si estuviera vivo. Se lo daría a Paz, aunque Camilo José Cela lo mereciera por su narrativa otra vez.
Por supuesto que Vargas Llosa y yo somos amigos aunque no nos conozcamos, he escuchado sus recomendaciones (gracias a su recomendación en algún diario leí Soldados de Salamina de Javier Cercas, y me parece maravilloso). Por supuesto que tenemos una relación, yo he tenido sexo con La niña mala y he pedido té de hierbabuena con menta como Pedro Camacho. Gracias a Vargas Llosa creí que el  paraíso estaba en la otra esquina. No es mi favorito, pero eso no me hace no admirarlo y agradecerle por sacar a las letras españolas de su sequía de veinte años.
¡Cuánto me gustaría dar el Nobel y ver qué pasa!

sábado, 2 de octubre de 2010

CONOCIENDO

Agobiado por el ruido de la mañana. Un sábado cualquiera.
Decidí llevar mi vida con la mamonería precisa de un sombrero de media copa.
Naranja.
Mío. Del día y del silencio del sábado por la mañana.
El escándalo del sol y del color naranja.
Buen día. Buena tarde.

viernes, 1 de octubre de 2010

REVOLUCIÓN Y REDES SOCIALES

La palabra revolución cada vez se convierte más en un cliché. Cada vez se convierte más en una escena en la que algunos quieren encontrarse, quieren verse en su propia TV online siendo parte de un movimiento que cambie el rumbo de la historia. Sin ensuciarse las manos, la mayoría, otros, con ínfulas mesiánicas hablando por hablar. Y las redes sociales se convierten en el escaparate de los nuevos revolucionarios, de los neosurrealistas, de los neoliberalistas, de los nuevos luchadores, de los medios independientes, de los mesiánicos farsantes, de los farsantes, de los artistas, de las verdades, de las mentiras, de los políticos, de los poetas, de los seudopolíticos, de los seudopoetas. De los famosos y de los infames.
Las redes sociales se vuelven el escenario de los clichés y las seudo revoluciones. 
Hay tanta vida dentro de los bytes, tanto movimiento, que de pronto tomamos lo que pasa dentro de la red como a un ser independiente, con vida propia. Algunas veces nos vemos a nosotros mismos atrapados en un avatar, o a otros parecidos a nosotros, o a otros que creen en nosotros. Pero Internet no es un ser vivo. Por más que pueda parecerlo. No lo es. No, no. Twitter no creará la revolución que todos esperamos. Ni hará que dejen de lapidar en Irán. Twitter no derrocará a Chávez. Facebook no te hará rico sin trabajar, ni logrará la divulgación marxista del siglo veintiuno. Facebook no hará que los fascistas regresen al poder en Europa. Las redes sociales no harán nada por ellas mismas. Las redes sociales son nuestras páginas en blanco. Nada más. La revolución no la hacen los cuadernos. La hacen quienes escriben en los cuadernos, y luego los mandan a una imprenta, y luego, de boca en boca se van haciendo conocidos, y triunfa una idea. Y muchos leen ese triunfo, y muchos leen esa idea. Y muchos gritan la idea. Y nace una revolución. O la defensa de un derecho. Nace una idea llevada a cabo. 
Ahora, como creo que la palabra revolución en el siglo veintiuno es un cliché utilizaré para mi último párrafo una palabra que considero más adecuada: activismo. Activismo social. ¡Sí! Qué bonito se escucha, ¡qué bonito se lee!
Y aun así, el activismo no es la hoja en blanco, sino quien escribe en ella. El proceso es el mismo, imprenta o Internet, tinta o teclado. A grito pelón o a tuit abierto. Lo importante es lo que se dice, lo importante es quién lo dice. Y las redes sociales son sólo una plataforma, no una revolución. Son la hoja en blanco que nos dejará expresarnos. A toda voz. Con toda nuestra fuerza, si queremos. Pero también con toda estupidez, frivolidad, partidismo y maldad. Una hoja en blanco es la casa de cualquier palabra. Y la palabra es la casa de los movimientos más exitosos y de los crímenes más atroces de la humanidad. 
Las redes sociales son nuestras. Las palabras también. 
Los humanos, seguimos siendo quienes llenamos los espacios. 

¿Y ÉSTE QUÉ?

Mi foto
Un observador del mundo actual. Leo. Luego escribo. A veces me cuesta trabajo comprender que existo. Pero me gusta observar el mundo actual y plasmarlo en letras. No hay mucho más.

SI BUSCAS...

Subscribe via email

Enter your email address:

Delivered by FeedBurner

Subscribe Now: Feed Icon