miércoles, 23 de diciembre de 2009

NO TE DESPIDAS

No te despidas
Regresa del insomnio
Inventa
Invéntame
Reinvéntame
Renuévame y despídeme

El drama en el viento
No te vayas
No regreses
Quédate
La sombra en la aurora
El ruido
Nuestro ruido
Ese que ruideamos
Lo hacemos juntos
Nos despedimos
Nos respiramos
Nos inventamos

La cascada y la promesa
No te despidas
Sueña
Suéñame
Despídete soñando
Loca como eres
Renueva mi locura
Inspira nuestra imagen
Revive
Revíveme

Sin drama en el viento
Sin ruido
Sin eco
Sin despedidas
Despídete 

UN CAFÉ. UN DÍA CUALQUIERA

Le pedí que viniera. Sólo a tomar un café conmigo. Miles de kilómetros de distancia. Litros y litros de mar. Horas y horas de vuelo. Gastos descomunales. Y una hora. Sólo para un café. No podría ir yo. Nunca. Ella tenía que probar ese café. Dimensionarlo frente a mí. Dimensionar un simple café frente a mí. Una hora. Aunque el café tardaría menos de un minuto en terminarse. Yo exigiría los otros 59. Le pedí que viniera para cruzar nuestras miradas, para dibujar con palabras nuestros cuerpos de una forma desconocida, porque eso hacen las palabras: dibujar. ¿Qué más pueden hacer?
            Compartiríamos nuestros rasgos tan distintos. Nuestras esencias tan similares. Nuestros estados disparados, nuestras etnias, nuestros recuerdos comunes, inexistentes, el color de nuestra piel. El color de nuestros ojos. Compartiríamos la noche aunque fuera de día. Escribiríamos un momento. Otro momento. Otro.
            Resumiríamos el mundo y compactaríamos la historia. Deshojaríamos los libros y recobraríamos la conciencia. La perderíamos. Nos haríamos inconscientes. Desprendidos. Desperdiciados. Nos desperdiciaríamos. Nos aprovecharíamos. Nos conoceríamos. Un día entero para llegar. No más. No menos. Viajar un día para compartir una hora. Cruzar el mar para unos minutos. Y sobre todo, para tomar un café. Para darle a conocer el nombre de mi café, de ese café que sólo podrá tomar junto a mí. Porque quiero que sepa a mí, porque quiere que sepa a mí.
            Le pedí que viniera. Que llegara. Le dije ven. Le supliqué sin hablar. Le rogué sin decir. Nos entendimos sin lenguajes. Nos entenderíamos sin hablar el mismo idioma si viniera a tomar un café. Tal vez hablamos el mismo idioma, tal vez su piel no sea más que un espejo de mis manos. Tal vez mis manos sean su piel. Tal vez sea la imaginación. Tal vez sólo sea un ser mitológico, radicado indiscutiblemente en mi imaginación. Tal vez hemos hecho el amor.
            Yo sólo le pedí que viniera, que cruzara el mundo para encontrarse conmigo.
            Un café. Una tarde cualquiera.

jueves, 17 de diciembre de 2009

OLVIDANDO

Mientras mirabas el río, sentiste cómo una mano tocaba tu hombro. Volteaste con miedo de lo que podrías encontrar, recordaste, nadie, absolutamente nadie sabía quién eras en aquel sitio. Al ver su cara te sorprendiste. Casi vuelto loco viste su cara. May I help you, dijiste intentando ocultar tu acento.
            Hubo silencio. No respiraste hasta escuchar la respuesta. Estabas seguro de que su boca mencionaría tu nombre. Alguien te había encontrado. Seguramente hubo algún error en tu estrategia para escapar.
            Te pidió fuego, tú ni siquiera recordabas que estabas fumando. Encendiste su cigarro y con una sonrisa tajante regresaste tu mirada al río.
            Volviste a sentir la mano en tu hombro. Era ella misma. Sus rasgos orientales y su piel blanca se clavaron hasta tu retina, recorriste con tus córneas su cuerpo. Perfecto. Luego la miraste con atención. Preguntó tu nombre. Estuviste a punto de equivocarte. Era muy pronto para establecer una comunicación. Lo sabías. Pero no pudiste resistir a su sonrisa.
            Posó sus codos en la misma barda en la que te apoyabas para ver el río. Lo miró contigo sin decir una palabra. Como viejos cómplices. Las montañas todavía alcanzaban a presumir nieve, el agua casi se desnudaba para dejar ver su más profunda cara, las embarcaciones ya no hacían ruido. Las gaviotas buscaban comida junto a ustedes.
            Le preguntaste si tomaba vino. Asintió. No hubo más palabras. Caminaron. No debiste de hacerlo, pero lo hiciste.  Como siempre. Tendrías que escapar de nuevo al siguiente día. Vivir sin sombra, sin huellas.
            Caminaste hacia el bar más cercano. Bebiste. Hablaron poco. Ella sonreía. Otra copa de vino. Un tinto de la región. Barato. No tenías dinero. No tenías hotel. No tenías nombre. Ella pagó la siguiente ronda. Reía, reían. Rieron. Despejando interrogantes supiste que no dormirías solo.
            La angustia de nuevo se apoderó de ti.
            Llegaron a su cuarto en un hotel discreto, más bien sucio. Más bien jodido. Te desnudaste con la luz apagada.
            No lo pudiste evitar. Intentaste esconderlo. Al ver el tatuaje de tu espalda, salió corriendo de la habitación con lágrimas de horror en su cara. Lo sabías. No lo podías esconder.
            Una ciudad más que abandonar, buscando que alguien borre todo tu pasado, que arranque de una buena vez tu piel.
            Tomaste tus cosas, olvidaste tu nombre, y caminaste para alejarte de nuevo.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

DESPIERTA

Te extraño
Porque hablas
Porque tu voz
nuestro paisaje

Despierta
Escucho tus latidos
tu ausencia
Siento tu presencia
Despierta
Y acomodate
en mi almohada
En mis sentidos

Te extraño
Porque ríes
Porque te bebo
Bebemos
Nos bebemos
De madrugada
Cuando nada màs
Existe
Despierta
Bébeme
Te extraño
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lunes, 14 de diciembre de 2009

EN ALGUNA PRIMAVERA

El corazón entrevistando primaveras
Cansado
Consciente
Ardiente
Pensando temblando en tus manos
Tus labios
Descubriendo primaveras
Seduciendo
Conociendo
En caminos andados sin prisa
Pensados
Devueltos
Cubiertos
Revelando secretos de piel
en mi almohada
Desolada
Llenando mi cuerpo de ti
Tus sonidos
Mis sonidos
Esperando volver a sentirte
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martes, 10 de noviembre de 2009

AMANEZCO CONTIGO

Amanezco entre tus muslos
Y tu ausencia
En la humedad de tus motivos
Y el suspiro
Amanezco con la lengua
Deseando tenerte
Añorando asustarte
Temblarte
Romperte
Enmudecerte

Amanezco entre tus piernas
Y mis besos
Los sentidos del terror
Y sus nostalgias
Amanezco con tus labios
Y mis fotos
Tus fotos
Tu saliva
Tu recuerdo
Tu cuerpo entre mis manos
Tu espalda entre mi cuerpo
Amanezco entre tus lunas
Y mis sueños
Mi paciencia
Tu cuerpo

Amanezco
Derrochando adrenalina
Y muriendo por tenerte
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lunes, 9 de noviembre de 2009

EN TUS OJOS

En tus ojos seduciendo
A la nostalgia
Tesitura
de una escuela derrumbada
En tus ojos el sonido
La humedad
Y la pureza
El consuelo y el delirio
En tus ojos
El instante de la luna
Temblor
Y desenfreno
En tus ojos la dulzura
Enviado desde mi Blackberry® 3G de Iusacell.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

ESTOY (EN TI)

Hoy no tengo cuerpo
Para brindar con mis temores
Amante nueva
Vida eterna
Vida entera
Tengo tiempo
Tu tiempo
Nuestro tiempo
Despierta
Tienes un poema
Las caricias de una noche ensimismada
De un espacio sin motivo
Consecuencia
De una luz abandonada
Desesperada

Hoy no tengo cuerpo
Pero tengo tu cuerpo
Tu razón y tu memorioa
Tu camino y tu poema
Mis palabras
Tus caricias
Mis palabras te acarician
Te seducen
Te desean
Y te aman
Te deshojan
Te descubren
Cual sendero de promesas
Eres hoy
Nunca siempre
Eres hoy involucrada poseída

Hoy no tengo cuerpo
Para ser el fantasma de la aurora
Despierta que tienes un poema
Despierta
Que mis víctimas son tuyas
Que mis manos te delatan
Te apetecen
Te aprisionan
Hoy no tengo cuerpo para amarte
Pero te amo
Con la noche en mi delirio
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lunes, 2 de noviembre de 2009

LLUEVES

Llueves cuando cantas
Tus besos son mis labios
Del susurro al rocío
De tu boca a mi espacio
Llueves cuando cantas
Y refrescas mi distancia
Enamoras a mi aliento
Y te desvistes en mi alcoba
Llueves cuando cantas
Y me cantas
Y me besas
Y tus labios
Son mis besos
Te evaporas
Te derrumbas
Te apoderas
De mi cuerpo
Llueves cuando cantas
Y me cantas en secreto
En silencio y en sonido
Te reflejas en mi lecho
Llueves cuando cantas
Y me cantas tu locura
Cual poema
Me despierta
Me evapora
Y me destierra
Llueves cuando cantas
Y te instalas
En mi cama
En mi llama
En mi alma
Te instalas en secreto
Por decreto
Desprendida de tus besos.
Llueves cuando cantas
Y tus labios
Desafían a mi universo

domingo, 1 de noviembre de 2009

DE TU IMAGEN

Encuentro en tu alma
Un beso perdido
Un cajón sin noticias y un cuerpo sin tacto
Un extraño acertijo
Y un inútil letargo

Encuentro en tu alma
Tus besos tan míos
Enormes jadeos constantemente perseguidos
Estipulo tu imagen
Entre reglas y dichos
Entre cuerpos y ansiedads
Encuentro en tu alma
El más cálido nido

El mar y la aurora
Tu tacto tan mío
Encuentro en tu alma los versos perdidos
La luz de la luna
Soñando constante
Mezclando licores
Trasladando orgullos

Encuentro en tu alma
Tu cuerpo tan tibio
Tus labios impresos en cualquier texto mío
En cualquier lluvia errante
Tu amor me desviste
Se acomoda conmigo
Y se derrumba de noche.

Entre tu cuerpo y mi orgullo
Te amo
Y me amas
Nos vestimos de reencuentro
Y besamos la memoria

Tu sonrisa
Humedad y mis sentidos

sábado, 31 de octubre de 2009

TU CARA A LA LUZ

Aquí se bebe el día
Del barro al muelle del muelle al alba
Aquí se bebe el día
Criatura desterrada inmaculada
Pretensiosa
Aquí se bebe tu mirada

Tiritan las verdades
Cual estampas de deseo
Cual cenizas de la lluvia
Aquí se bebe la mañana
La semana
Los hechizos
La luz del sol avergonzada
Aquí se bebe la mañana

Tu ternura perseguida
Dientes de carbón lengua de lava
Aquí se bebe la nostalgia
Sueños de día
Presencia de mañana
Mi bella y cruel
Noche abandona
Todos los poetas
Y algunos
Todos mis poetas
Acomodadores de palabras
Aquí se espera la mañana

Entre uñas recortadas
Y pasiones enlodadas
Respiramos la nostalgia
Aquí se bebe el día
En la copa del secreto pleno invierno
En la copa del consuelo
Aquí se bebe madrugada
Somos dos
Y ya no estàs
Te has ido
Perdido
Decidido
Tierno encuentro
Dulce aliento
Aquí se bebe el día
Repleto de esqueletos
De abandono entre los autos
De luces de ciudad
Y reseñas de basura

Aquí bebemos día
Cada día
Entre pasión y alegría
Aquí se bebe el día
Y corremos
De la mano
A mi guarida

viernes, 30 de octubre de 2009

CUANDO DESPIERTAS

Ya no quiero
Sueño madrugada
Pero te quiero

Ya no quiero cuando sueño
Madrugada
Verte venir
Pero te quiero
Y necesito de ti

En las noches duele
La luna duele
El sueño duele
Ya no quiero
Y te quiero
Ambigua estrella
Necesito de ti

Solitaria compañera
Ya no quiero
Y te quiero
Y te busco
Y te espero
Te quiero
Solitaria compañera madrugada
Tus ojos
Tu lengua
Mis oídos
Y tu amor

Te sueño y te tengo
Te pierdo
Sin perderte
Te tengo y no quiero
Ya te quiero
Y te quiero tener
Eres hermosa y eres mía
Estrella ambigua
Eres lejana
Y estàs cerca.

Te extraño
Noche inquieta
Te desvisto entre la niebla
Ya no quieres
Y te quiero
Madrugada te besé
Enviado desde mi Blackberry® 3G de Iusacell.

jueves, 29 de octubre de 2009

HACE FALTA

Hace falta un poema
en la noche que es mañana
En el sol y en tu memoria
Hace falta un poema
que diga que te amo
entre sonidos de motores

Hace falta un poema
Sol y angustia
Mañana nublada
Presencia perfecta
Locura compartida
Navío y naufragio
Hace falta un poema

Describiendo tu belleza
Dibujando tu paisaje
Hace falta un poema besando tu imagen
Saboreando tu ausencia
Sufriendo tu ausencia
Viviendo en tu ausencia
Hace falta un poema
Temor y poesía
Nosotros constante

Hace falta un poema
para amanecer en tus brazos

miércoles, 28 de octubre de 2009

SIN TI

Una noche. Tarde amarga. Despejada despedida potencial. Miedo intenso. Sol naciente. Una noche tarde amarga lluvia y mar. Somos dos. Tengo una vida. Tu presencia mi locura y tu lugar.
Enviado desde mi Blackberry® 3G de Iusacell.

martes, 27 de octubre de 2009

PERDÓN Y DESCONCIERTO

Qué difícil es luchar con las palabras
Con el símbolo sagrado y su motor
Qué difícil apagar la llama eterna
Suave desconcierto
Ella es nube que atesora cada cielo
Es la página dorada
Ella es simple en la razón y los secretos
El emblema de la luna en mi colchón
Qué difícil es luchar con las palabras

Suave desconcierto
En tus labios el altar de mi perdón
Luz aroma y cuerpo
Suave desconcierto
Qué difícil deambular por tu pasión
Somos dos en vez de uno
Somos uno cuando llega el corazón
Somos piel
¿Qué más nos queda?
Somos besos disfrazados de ilusión
Qué difícil caminar sin ese olor

Ella es agua que se filtra por mis venas
Manantial pureza firme
Ella es lumbre que calienta mis recuerdos
Qué difícil insinuar cuando es amor
Suave desconcierto
Despelleja tu consciencia a mi perdón
Llega ella en plena madrugada
Cristal fresco
Sollozando por mi estúpida canción
Imagino que solloza y me hace suyo
Imagino que me extraña
Madrugada
Fresco aliento Amparado corazón en mi ilusión

Determina cada noche mi impaciencia
Mi paciencia
Mi locura
Mi razón
Su belleza mis palabras
Suave desconcierto
Qué difícil darse cuenta del amor.

lunes, 26 de octubre de 2009

ESCAPANDO

Escapar del crucigrama
enredados en semillas
Descubrir por la mañana 
el instante de tu voz
Somos paz
Sudor
Saliva
Ahuyentando a toda costa 
al exceso de ilusión

Escapamos de rodillas 
La sonrisa atada a cuestas
El instinto aventurero 
de gorrión y ruiseñor
Las montañas y la luna 
Por un día
La verdad y la mentira 
con la carne y con la flor
Mar
oscuro
Dulce aliada
La mitad de la nostalgia
en
tu pecho y en tu sol

Somos dos
Ardor y aliento
Escapando del temor y el descontrol
Decididos a sellarnos
A forzarnos a rendirnos con honor
Eres sueño 
Tibio infierno
Eres fuego escapando del calor
Eres alas
Fin del cuento
Sólo besos en la lengua del dragon

Cuando escapas
Escapamos
Y volamos
Ahuyentamos beso intenso
con la punta de un abrazo
al corazón
¿Quién te teme despedida?
¿
Quién ha muerto escapando del amor?
¿
Quién te sueña sexo y vida?
¿
Quién se fuga cada noche en su balcón? 

Escapando del crucigrama 
por tu ombligo
Por tu cara por tu noche y tu vapor
Escapando a toda costa del olvido
Una tarde 
Una mañana
En tu calor

domingo, 25 de octubre de 2009

SENSUALIDAD

Tus ojos espantados. Primer paso. Abrazados, casi abrazados, desnudos mucho más allá de la piel. Tus labios inmóviles. Mis labios. No soy una persona paciente. Tienes que saberlo. Tú inventas mi paciencia, la descubres mientras mi cuerpo descansa despacio en tu cuerpo. Segundo paso. Nuestras caras. La piel de tu mejilla, despacio, seduciéndome. Con paciencia. Con tiempo, nos pertenecemos. Lo sentimos. Tacto. Sólo tacto. Besos de verdad: inmóviles: secretos. Sólo tú y yo sabemos que son besos. Y lo son. 
Ojos cerrados de pasión y lentitud, para abrir camino de nuevo a los ojos espantados, a la boca de sorpresa, al silencioso gemido de sentir que te penetro. Despacio. Cuerpos inmóviles. El ritmo lo marca el latido. Y ya. Tercer paso. Nuestras caras. Nuestros labios pegados sin moverse, nuestro sexo. Sólo nuestro. Despiadado. Quieto. Absoluto. Tu serenidad desesperada enseñándome a sentir. Con un abrazo, orgasmo mutuo. Y nuestros labios inmóviles, pegados, apenas nos permiten gemir. De nuevo, tus ojos espantados, fuerte abrazo. Cómplice sonrisa de paz. Y tu cuerpo con el mío se confunde para descubrir el inicio de la eternidad.

sábado, 24 de octubre de 2009

ERES SONIDO

No es mi paz
ni mi memoria
ni los roces clandestinos
con tu piel

No es el sol de desayuno
lluvia ausente
Es la sabia intimidad
que desnudé

No es la luna de ojos claros
ni los ojos almendrados
Son tus labios
disfrazados de entremés

No es la noche ensimismada
Cauteloso corazón
Es la sed
Es
la amargura
Sensualidad a voz cerrada
Trigo y miel

No es la paz
ni los instintos
ni el demonio encarnizado
de tu piel

No es fervor
a fuego vivo
ni deseo degustando sencillez
Es la fórmula constante
Sobria
Extinta
Despojada
de las manchas del deber
Tinta antigua
De saliva
Voluptuosa insinuación
de sangre y fe

De regreso van tus sueños
a mi almohada
No es la danza que soñé
No es ardor ni vino tino

No eres música ni audacia
Eres sonido

miércoles, 21 de octubre de 2009

POR SI...

Por si acaso lo pidieras
escribo tu nombre en mi memoria
respondo a tus labios con mi sed
Por si acaso lo pidieras
establezco la numérica estación
de mi delirio

Recuerdo tu voz como besos
Recuerdo tu piel en mi piel
Recuerdo tus ojos reflejados
y tu instinto despejado florecer

Por si acaso lo pidieras te desvisto
te aprisiono en el arroyo
te destrozo
te descubro
te recuento cada paso cada vez

Por si acaso lo pidieras te deseo
cubriendo con tus manos mi ser
te doy mi tinta de guarida
recibo a tus besos de portal

Recuerdo tus besos
Recuerdo tus gritos
Recuerdo todo aquello que no fue
que nunca ha sido 
que será cada mañana
libertad y crucigrama
realidad desesperada 

Por si acaso lo pidieras busco orillas
busco besos en tu más ardiente amor
busco espacios en tus piernas
busco gotas de sudor

Por si acaso lo pidieras te recuerdo
cada noche 
cada día
cada sol

Te recuerdo como siempre entre mis brazos
justo luego de jugar con el amor
dulce sexo
paz ardiente
diferente
sed consciente 
que me lleva
a tu sabor
 Por si acaso lo pidieras me conecto
te penetro
te permito 
permitirme tu perdón

Por si acaso lo pidieras doy tu nombre
lo tatúo con mi sangre en el cajón
Por si acaso lo pidieras te deseo
busco piedras para atarte a mi pasión

UNA MAÑANA TRISTE, UNA MAÑANA PROMEDIO (PARTE 2 DE 3)

Las horas transcurrían con esa extraña peculiaridad. Al mismo tiempo lentas y  veloces. Tristes, naturales. Lo malo del tiempo no eran las horas, ni el tiempo mismo, ni el camino a la vejez. Lo malo de las horas era lo idéntico de una a la otra. No había diferencia en un día cualquiera. Un día triste, un día promedio. Ni siquiera la emoción de lo que sucedería aquella noche lo movía. Eran nombres, eran teclas de un computador, haciendo su ruido, mostrando su nostalgia, contándole cuentos. Nadie más lo hacía. Nadie más. Un ser promedio derrotado por la inercia.
            ¿Cómo reaccionaría la inercia a aquella noche? Había sido una mañana triste, una comida triste, una tarde triste, una calle triste. Un día promedio. Maldita sea. La tristeza era tan gris que era casi imposible notar su ausencia de color. El lo sabía, ya no lo sentía. La rutina, se encargaba de terminar con toda notoriedad, incluyendo el mismo gris de la rutina.
            Escuchó una voz de mujer diciendo su nombre a sus espaldas. Lejana, en otra dimensión, en la dimensión en la que hablan los humanos, en la dimensión en la que seguramente se encuentra la gente que se comunica con voz, no con el dictado de una hoja buscando su llegada al monitor. No había trabajo más triste que ser capturista. Tal vez sí. Ni siquiera en lo patético ganaba el primer lugar: hasta en ser patético era mediocre. Pero no sufría. Demasiado gris para sufrir.
            A la tercera vez que lo llamaron respondió. Una jefa ya molesta lo mandó llamar. Posiblemente era una mujer bella. Tal vez tenía un par de tetas que no podía dejar de ver. Las veía. Intentó sentirlas en la imaginación. Pero no pudo, el evento que sucedería aquella noche le bloqueó el pensamiento. Recibió el regaño con reserva, con sumisión, esperando escuchar más, dejando hablar a la mujer. Le pedía un trabajo urgente. Apenas faltaban un par de horas para salir. No le daría tiempo. Por primera vez tenía algo que hacer. Era urgente, tenía que terminar ese mismo día. No podía quedarse, lo dijo. Ella no dio importancia a su voz, no estaba acostumbrada a escucharla. Él insistió, no me puedo quedar. Ella no hizo caso. El se levantó, dio un golpe en el escritorio y salió azotando la puerta. Dejó todo atrás. Tenía por primera vez un compromiso, y no fallaría a él.
            Por primera vez en su vida estaba vivo. El calor de su sangre lo decía. Regresó, vio fijamente a su muda jefa a los ojos. Y le tocó una teta. Así era esto de estar vivo. Salió de esa oficina para morirse de hambre, daba igual. Para nunca regresar. 

martes, 20 de octubre de 2009

ERES SERIA

A pesar de tu silencio está tu voz, dulce delirio. Eres mis manos. Hoy eres mi piel. Tu seriedad en las palabras y el secreto. Un secreto derrocado de antemano. Decidido. Compartido. Eres seria cual mañana desvelada. Cual tormenta cuando acaba de morir. Eres seria cuando hablas. No eres seria cuando callas. Eres mía cuando acabas de partir. Un poema, son mis manos que recorren tus secretos. Mis secretos que se esconden en tus manos. Eres duro corazón aprisionado. Cielo extinto cuando sales a soñar. Son tus sueños. Son los míos. Son la  noche que arriesgada va a tu voz. Son tus ojos que me miran cuando callan. Es la lámpara que llena mi papel. Eres luz y eres sonrisa. Eres mi tinta, hoy en día, mi libertad,

UNA MAÑANA TRISTE, UNA MAÑANA PROMEDIO (PARTE 1 DE 3)

Era una mañana triste, una mañana promedio. Desperté, no me quedaba alternativa. Nunca me queda alternativa para hacerlo. Como manejado por un instinto automático me dirigí hacia la ducha, abrí el agua, fría. Siempre fría. Quedé limpio. No me quedaba alternativa. Me enfundé en la única camisa limpia que me quedaba y caminé hacia el metro para ir a trabajar. Sin opción. A trabajar, un día más. Una mañana triste, una mañana promedio. En el metro leí un periódico de segunda, yo soy una persona de segunda, tal vez de tercera, soy parte de las bajas calidades, pero ese soy yo. ¿Qué alternativa me queda?
            Llegué a la oficina, a la triste oficina. Saludé cordialmente, porque no hay otra cosa que pueda hacer. Y me senté en mi escritorio, en mi pedazo de madera al que algunos optimistas gustan llamar espacio de trabajo. Y trabajé. Digo trabajar porque me pagan, nada más. Para mí es tan ridículo como coger y decir que hice el amor. Nunca cojo y nunca hago el amor. No me queda alternativa. A capturar datos. Tac-tac-tac-tac. Todo el puto día encajando los dedos en el teclado, no me queda alternativa. Me pagan y punto. Y necesito comer. Como poco, casi nada, pero como. Para lo que me alcanza, más bien para lo que pide mi estómago. No pide mucho. Es un estómago conformista, mi estómago también es triste, como yo. Como mis mañanas, promedio. Así soy yo, así es la vida.
            Llegó la hora del almuerzo. Yo no llevo nada preparado, nunca. Mi única amiga es la señora del comedor, me cuenta historias mientras espero a que me sirvan, tal vez ella sea más triste que yo y por eso le dedique tiempo a sonreírme.
            Pero aquella noche sería distinta. A las once. Lo llevaba planeado desde hace años. Sería una noche distinta. La mañana sería triste, la siguiente más. Tal vez no. Pero por primera vez, sería diferente…

lunes, 19 de octubre de 2009

INTERNET NECESARIO

Somos tantos y tan pocos. Hacemos ruido, vivimos juntos. Todos compartimos cama en este momento. Y alzamos la voz como podemos. Gritamos, ¡Internet necesario! Lo gritamos como podemos, de formas más creativas o más conmovedoras, somos más serios o más idiotas, simpáticos o absurdos, ¡qué más da! En la etapa en la que vivimos podemos hablar. No necesitamos salir a la calle ni tapar Reforma por meses, simplemente gritamos con un simbolito así #. Y decimos al unísono, Internet necesario. Internet es la pancarta de nuestra protesta, el foro de nuestra propuesta. Internet el símbolo de nuestra generación. ¡Qué no mamen! ¡No es un lujo!
            Pero aquí yo no voy por hacer propuestas políticas, sino por hacer la crónica de lo que estoy viviendo, miles de personas juntándose por una sola causa: de madrugada. Divirtiéndose, ¡chingá! Podemos hablar, podemos decir lo que pensamos.
            Y como mi labor es hacer la crónica de lo que veo, ahí va. Es la una y veinte de la madrugada, twitter tiene un movimiento espeluznante. Y no como cada noche, diferente. Unidos. Todos decimos lo mismo. Siempre he pensado que para encontrar el resultado hay que apoyar como si seguro fuera éste a ser alcanzado. Así. Como ahora, como twitter. Como todos los que gritan lo mismo.
            Hoy, más que nunca, me he sentido parte de una generación, que me lee por Internet, que me informa por Internet, que me hace pertenecer a un movimiento y a una era. Soy parte de mi tiempo.
            Y lo único que quiero hacer es escribirlo ahora para que todos se enteren, para que entren en twitter a #InternetNecesario y sepan de qué hablamos. Para que no se nos olvide lo que estamos haciendo justo hoy. Justo hoy… ¡justo hoy! La creatividad también es necesaria, sino, hay que preguntarle a @apisanty, quien tomó una idea para hacerla nuestra, y promoverla. Nos impulsó, junto con @isopixel, a gritar. También @paw, @lion05 y miles de personas más alzaron su voz. El impacto fue mucho mayor de los que ellos esperaban.
            Gritando a toda voz en la pantalla: ¡Internet necesaario!
            ¡Nos volvimos locos los tuiteros! ¿Y qué? ¡Estamos vivos! ¡Y queremos Internet! Punto

TU BELLEZA, LA DISTANCIA

Estamos tan lejos
¡Puta madre!
Tan lejos
Extraños
Derrotados
Descifrados
Desvestidos
Decididos
Encerrados
en un sueño desmedido

Estamos tan cerca
¡Amada mía!
Tan cerca
Aprisionados
Desvelados
Apartados del camino
Atormentados
Arrumbados
Encerrados
en el tiempo
Alocados
Asustados
Por los besos que nos damos
escondidos
en mi cama
cada noche

Estamos tan juntos
¡Puta madre!
Tan juntos
La distancia
La nostalgia
La amargura
La paciencia
La belleza
Tu belleza
La belleza
de tus días
La belleza
de la noche
Tu belleza
Tu mañana
Mi distancia
y tu guarida

Estamos tan lejos
¡Vida mía!
Tan lejos

ABRAZO TU VOZ

No sé cuántas veces me he espinado con tus besos
no sé cuantos besos tuyos me han matado
Transparente ensoñación y encanto puro
desperdicio de presencia en mi pudor


No sé cuántas veces he soñado con tu cuerpo
tan discreta y tan lejana tu pasión
Ese instinto y esa orilla al otro lado, despertando
desespero por la espera de tu voz


Tus ojitos suave aliento de destino acostumbrado
Aire ingrato que me lleva sin pensar
Tus ojitos delineando mi fracaso
excesivo dios sonido en tu balcón


Es tu vida, si la quieres, compartida: mar y orquídea
desde el paso del traspaso de tu voz
Somos dos y aquí te abrazo desde el centro
el recuerdo de tu luz la solución


No sé cuántas veces me he espinado con tus besos
Desde lejos
Desde siempre
Corazón

SIEMPRE TAN MÍA

Aprendí a necesitarte entre los búhos
en el oscuro callejón que da al portón
de tu mirada encarnizada
Siempre despierta
Siempre aterrante

Tus ojos tan abiertos y groseros
ensimismados cual orgasmo de raíz
tu figura señalando los volcanes
Siempre desnuda
Siempre caliente

Aprendí a necesitarte con espadas
guerrero turbio de neblina y libertad
regresé de tu balcón con los payasos
Siempre cobardes
Siempre renuentes

Mi fiel amada
destrozado resplandor
de maravillas
La culpable del sonido
de la calle
Siempre tan puta
Siempre tan mía

ME APRISIONAS

Te desvives por salvarme y me aprisionas
poderosa y tormentosa lucidez 
Me renuevas el contrato con el vino
con la paz y las entrañas del placer

Sol constante
Media noche
Luna idiota

Te desvives por salvarme y me aprisionas
ilusión de piel dorada y brisa hirviendo 
Me consuelas y alimentas desde fuera
triste hoguera que me encierra con verdad

Puta amarga
Triste santa
Paz ingrata

Te desvives por salvarme y me aprisionas
con los lazos más obscuros de tu ser
Y me llevas hasta el fondo del océano
prometiendo que jamás repetiré

En tus brazos
Sol descalzo
Me veré

NO SOY YO

No soy yo, son las palabras
que me asumen
me consumen
y me nutren

No soy yo, son las palabras
que renuevan
cada instante
del deber

No soy yo, son las palabras
son recuerdos
que me incitan
y me cubren

No soy yo, son las palabras
que regresan
con la sangre
hasta tu ser

EL SISTEMA DERROCADO

El sistema derrocado de paisajes desvelados
me convierte en un actor del desconsuelo
Cada paso
lo camino
entre la hierba
y los rencores

Un absurdo y destrozado desencanto
entre la niebla desinflada me descubre
Cada sueño
lo he soñado
con tu cuerpo

Y metido hasta el delirio en tu mirada
me confundo con el tinte de tu ser
Te respiro
llama ardiente
bruja errante

Arruinando los papeles de esperanza
me desnudo a carne viva por tu piel
Dulce nostalgia
Despedida
Tus secretos
en mi propia desnudez

domingo, 18 de octubre de 2009

BEAT CANCER

dedicado a las dos personas que más he amado:


La muerte me enseñó quién era el cáncer
y la vida me enseñó cómo luchar

El pasado es un momento que perdura
y mi voz es tinta negra sobre sal

Es un sueño plasmado en el futuro
los arroyos, las montañas y la paz

Somos todos, si sentimos
Somos todos, si luchamos por ganar.

__________________________


¿Qué más puedo hacer yo?
Apoyar...
No sé si el tweet de #BeatCancer done un centavo.
Pero me pongo de su lado.
Sé que quiero alzar la voz.
Aquí estoy.

Hay niños que necesitan ayuda
Y hay muchos que quieren ayudar

Donativos
Luz de vida

viernes, 16 de octubre de 2009

OCTAVIO PAZ Y SALAMANDRA

“Yo no escribo para matar el tiempo / ni para revivirlo / escribo para que me viva.” Entonces ¿eso era lo que se debía sentir con la poesía? ¿Era ese fuego incontrolable inundando cada víscera? Una sola frase cambió mi forma de ver las letras, una sola frase me mostró el alcance de la literatura. ¿Por qué esa frase? No lo sé. No definiría nunca a la poesía con esa frase, ¡dios me libre! Lo que sí haría es definir lo que se puede sentir con la poesía. Ese momento de un corazón desesperado intentando salir corriendo, gritar y degollar a los silencios. La poesía se siente con la sangre, eso me lo enseñó Octavio Paz hace muchos años, mientras cambiaba el flujo de mi sangre y su temperatura, mientras lograba que ésta corriera a una velocidad nunca antes vista. Eso era. Eso era justo lo que andaba buscando. No supe qué hacer. Fui a una librería. Coyoacán. Solo. Con catorce años y un amor por las letras que sabía que no conocía, pero que me habían encontrado en casa de mi abuela hojeando un  libro que se llamaba Salamandra del bien reciente Nobel mexicano. Mi mentor. Quien me dijo el secreto, con cuyo aval llegué a la librería sin saber, pero queriendo.
            Llegaba a preguntar, gritando. Veía títulos y los quería todos. Quería mi propia edición de Salamandra. No la tenían, tenían Posdata, el Laberinto de la soledad. Los compré. Compré otros, no los recuerdo, pero llegué a mi casa sin un centavo y con muchos libros, desconocidos invitados a la fiesta que daba Paz, a la fiesta en la que yo era invitado de honor. Fui a casa de mi abuela y robé su Salamandra. No podía no hacerlo, no podía prescindir de aquel tesoro. Me pertenecía. La poesía me pertenecía. No lo que hacía en mis libretas para mojar los calzoncitos de las niñas. Eso no. La poesía de verdad, esa que me enseñaba Octavio Paz, la distinta. Ahí estaba yo, con el Laberinto de la soledad intentando descifrar Salamandra. Pobre pendejo perdido entre pachucos y Sor Juanas. Pobre pendejo jugando a leer. Idiotizado por las palabras, no sabía lo que buscaba, no buscaba nada. Tenía a Octavio Paz enseñándome las cosas, la verdad del crucigrama, enredándome como un niño pequeño balbuceándo a mi adolescente oído.
            En Salamandra, años después supe, no hay reglas, no hay verdad y no hay mentira. En Salamandra cabe un siglo, cabe una vida. No hay reglas, repito. Están prohibidas. Salamandra habla con su tinta. Con el papel y la ciudad, con los paisajes y los arroyos, con el cielo y con los coches. Salamandra, despoja de poesía a la poesía y la renueva en intrincadas melodías sin melodías. “Con la lengua cortada / Y los ojos abiertos / El ruiseñor en la muralla” ¿Cuál muralla? Octavio Paz, ¿cuál muralla? Las derribaste todas esa tarde. ¡Las destrozaste! Lámpara, aspiración y la palabra. El tiempo mismo. La locura de las letras.
            Su pobre voz atormentada, aguda, lenta. Mal leyendo sus poemas. Su pausa en el hablar se perdía en su voracidad al escribir en Salamandra. ¡Eso es una pluma! Pienso, ¡eso es una pluma! Y bebiendo del secreto de una admiración oculta, Salamandra. Era yo, no lo admiraba, lo sudaba, lo lloraba. Lo vivía. Lo gritaba a toda voz en mi memoria. Lo escribía. Para eso escribía. No para matar el tiempo, ni para revivirlo, para que me viviera, Salamandra, aquella voz interna que me metía al más sufrido oficio, al menos venerado. Al inútil pero fértil oficio de la poesía.
            Octavio Paz es un poeta. Mi distante ensoñación me quita el título por siempre. Salamandra es mi poesía. Y yo escribo acertijos ingeniosos, derrotados. Salamandra será siempre mi guarida.  

jueves, 15 de octubre de 2009

SER SONIDO

Qué mal momento para desertar y qué mal momento para continuar
Veo a una luna distraída caminando
Camino, paso a paso, por el rumbo desolado de mi instinto
Digo adiós sin decir nada
Y la nostalgia me acompaña con esmero

Entre tanta majestuosidad en tu presencia, princesa pavorosa
Leo tu mano y me despido
Desprestigio la razón que aquí me tiene
Me retiro mano a mano con tu espada y con tu escudo

Qué mal momento para desertar y qué mal momento para continuar
Con tus manos en mi alcoba
Descuartizando mi destino me dibujo de conciencia
Y digo adiós sin decir nada
Digo adiós sin reprimirme en la partida

Me retracto y me reitero, corazón desesperado, cada noche
Recordando tu mirada y tu sonido
Escudriñando temeroso la verdad y la mentira
Cada eco de tu amor y todo llanto

Por pasar por la mañana de tu risa

LOS RECUERDOS Y EL DESEO

Lorena abrió la puerta: ¡un vendedor de putas biblias! Cerró mandándolo al carajo. Cinco meses fuera de casa y por fin, mientras intentaba descansar, suena el timbre. ¡Un puto vendedor de biblias! La gente no entendía lo que era estar en la guerra, lo que era escuchar los disparos, lo que era tener que esconder sus textos reales para mandar los maquillados al periódico, ser una corresponsal de guerra era un trabajo cansado. Apasionantemente caótico. Necesitaba descansar: seguir soñando con aquella Alicia en el país de las maravillas que se presentaba recurrentemente mientras dormía para arrancarle la ropa y bajar por su cuerpo hasta su sexo. Lorena despertaba a media excitación y se tocaba desesperadamente hasta tener el orgasmo que finalmente le devolvería el sueño. La última vez que había dormido con un hombre, había traído a la mente a dicho personaje.
            El vendedor de biblias intentó de nuevo. Ella gritó que no abriría, sin embargo, el tipo no se daba por vencido, sabía a lo que iba. Un dios misterioso lo había llamado a aquel oficio, necesitaba cobrar. No había comido. Lorena abrió la puerta. El vendedor nunca imaginó encontrar frente a él el pecado en un par de pechos firmes buscando ser descubiertos. Intentó respirar y quedó sin aliento. Lorena cerró de nuevo la puerta amenazándolo con llamar a la policía. ¿Cómo había entrado aquel hombrecillo al edificio?
            Llamó a Gustavo, su vecino, un trabajador del departamento de policía con aspiraciones políticas frustradas, habían estudiado juntos en secundaria, y se toparon por casualidad en el mismo edificio. Lorena le pidió ayuda para sacar al vendedor de biblias. Eran las seis de la mañana. Gustavo despertó y rápidamente bajó al departamento de Lorena, donde se encontraba aquel joven idiotizado, esperando a que la mujer de sus sueños abriera de nuevo la puerta. Gustavo pidió enérgicamente al desaliñado joven que se fuera de aquel edificio, éste, sin chistar, bajó las escaleras. Lorena abrió la puerta para agradecer. Charlaron un rato, se pusieron al tanto de sus vidas, llevaban meses sin verse. Siempre habían sido buenos amigos. Encontrándose en el callejón donde vivía Rodolfo, un ex minero anciano que les contaba historias rodeado por quince gatos y por su hijo adoptivo, un autista de diez años que había recogido de la calle.
            De pronto, por las escaleras, sube Alex, ebrio, contento, casi sin poder caminar, como siempre. Era una costumbre ver a aquel estudiante universitario entrar en juntas de AA durante la semana y tomarse un descanso de alcohol y drogas durante el fin. Alex intentó ser parte de la conversación de Gustavo y Alicia, ellos no lo rechazaron. Sin embargo, de pronto, Alex voltea a ver fijamente a Gustavo e intenta besarlo. Lorena, para evitar problemas, toma a Alex de los hombros y lo lleva a la sala de su casa para que duerma una siesta.
            Alex comienza a contar una historia a Lorena, le cuenta de aquel director de teatro callejero que conoció en alguna ocasión en Guanajuato, su primer amor. No sabía si le gustaban los hombres, pero aquel director lo había cautivado a besos y palabras. Alex no terminó de contar la historia y cayó profundamente dormido. Lorena recordó sus propias anécdotas gracias al detonador de la historia ebria de Alex. Siuyen, de sólo veintiún años, una chef extraordinaria. La había conocido en un restaurante del Perú. Charlaron de comida y Lorena tuvo que viajar, nunca se concretó nada. Pero Lorena soñó con aquella belleza durante muchas noches. Recordó también la agresividad de Javier al hacerle el amor, recordó su cara y sus gritos, recordó cómo le desgarraba la espalda con las uñas mientras la ponía boca abajo. Recordó a Sandra, una contadora pública de 36 años obsesionada con conseguir una pareja, hablando sólo de eso, hasta que llegó el beso de Lorena y todo el fin de semana encerradas en un cuarto de hotel en Honduras. Claudia, aquella empresaria de relaciones públicas que le había enseñado el amor de una mujer. Marko, el joven músico de diecinueve años que la penetró con un entusiasmo olvidado para ella Jerusalén. Denise, la joven que leía poemas de su escritor favorito mientras recibía un sexo oral desesperado por parte de Lorena. Exactamente como Esther, la loca, le había enseñado a hacerlo, tan diferente a Manuel, ese músico romántico que se corría con sólo verla. 
            Estaba perdida, Irak había sido devastador. Llevaba meses soñando, sin sentir otra piel pegada a su cuerpo. Gustavo la esperaba pacientemente en la puerta. Le recordó a Segismundo, aquel escritor solitario, gris, casi mudo, que la conquistó sin decir palabras, la sedujo con el solo lenguaje de sus manos. Lo vio en Gustavo, fue hacia él. Lo besó. Sintió todavía el sabor de Patricia, aquella mujer mayor que él con la que se había comprometido de por vida sin saberlo, sintió que Gustavo la tocaba a ella, a Patricia. No le importaba. Lo llevó a su recámara. Lo desvistió, con la mente en los sueños de Alicia y sus maravillas. Sintió el miembro duro del hombre que estaba a punto de penetrarla, no le importó la presencia de Alex, no le importó nada. Se lanzó hacia él a devorarlo, necesitaba el contacto de otra piel, masculina, femenina, daba igual. Era sólo ella. No quería sentir a sus propios dedos dentro de ella una vez más. La respiración de Gustavo la excitó.
            Escucharon un grito en mitad del coito, un alarido ahogado. El alarido a toda voz de Alex, segundos antes de morir siendo violado por un vendedor de biblias al que habían dejado la puerta abierta. 

EL PRINCIPITO Y YO

He pensado en cuánta gente me ha hablado de El principito como un libro lindo, o hermoso. Cuánta gente me ha dicho que es un libro precioso, del que siempre se aprende algo nuevo. Cosas así. Muchas veces. No sé qué decir. Es un libro que al menos he leído una vez al año durante los últimos diecisiete, el libro que más he regalado –incluyendo mis propias novelas–, es un libro que no conozco bien. Él me conoce bien a mí.  
            El principito es un libro amargo, que irradia soledad. Su luz proviene de un sentimiento profundo de desesperación y sacrificio, de una búsqueda incansable por una libertad inexistente. El principito aparece para morir, encanta para desaparecer, el principito conoce secretos y la filosofía de la vida. El principito existe, en el alma de las personas destrozadas, de una persona destrozada, de aquel que no soporta lo que es. De aquel que busca dentro de su propio ser una flor para cuidar. ¡Cuánta puta lágrima cabe en eso! ¡Cuánta! La sed, el hambre, lo ordinario. Todo aquello que nos rodea y aquello de lo que vivimos. El principito es la amargura de los que necesitan comer. Es el reflejo del suicidio de un suicida. El principito es la antesala de la muerte, en vida de quien la ha desperdiciado.
            Son las fantasías de un niño que ya no es niño, de un adulto que nunca ha podido serlo, son las fantasías de la vida real, de una realidad alterna. Es el mundo que conocemos, solitario y dividido, excesivo y fascinante, apurado, inconsistente, deprimido. Un mundo con serpientes que matan y flores que mueren, con corderos y uno que otro baobab gigante. Con luz de faroles y cientos de millones de faroleros.
            La realidad absurda es que estamos llenos de hombres que se apropian de las estrellas matándoles su brillo. Ridícula y estúpida. Esa realidad a la que pertenecemos cuando nos convertimos en personas mayores. Reyes sin reino, ebrios sin risa, locos de verdad, locos de normalidad, de ser personas. Hace mucho que dejé de hablar con zorros, con un carajo. ¡Por qué! Intento domesticar las cosas a las que quiero y termino contando las estrellas. ¿Es eso un libro lindo? Eso es una cabronada. Un ataque de realidad, cuando no hay realidades, un espejo de mi propia estupidez. No sé si eso es hermoso. Es desenmascarar con sangre fría nuestras almas. Pobre libro solitario, pobres de los solitarios que lo leemos, pobre de aquél aviador y de sus dibujos. Pobre del principito muerto y del planeta tierra podrido, pobres de las flores ordinarias, pobres de lo que no conocen un amanecer y de los que no pueden ver más de uno al día en su propio planeta, en su propio asteroide, en el séptimo planeta. ¡Claro que tenían que ser siete! Si no, ¿cuántos? Desde el primero y la luz. En los viajes angustiosos y solitarios.
            Perdón, pero El principito me ha alumbrado con un farol y un zorro mi soledad, con una flor mis carencias, el principito movió el biombo que me tapaba. Removió a madrazos mi último gramo de pudor al volverme persona mayor. Mal escrito y bien pensado. Me ha acompañado durante años en mi vida. Llenando de belleza mis lágrimas, lo hermoso y lo malévolo al unísono. Me ha acompañado durante toda la vida: me ha convertido en principito, en náufrago aviador y en simple y triste persona mayor. Siempre, con la dulzura de su propia soledad. 

miércoles, 14 de octubre de 2009

ENTRE KAFKAS Y CHAGALLES

Escribir no quita el hambre. Simplemente es un nivel de decibeles que se pierden en la voz. Escribir es quizá un sueño y ya. Por lo tanto, en medio de realidades desiguales, me procuro construir una razón. Me doy risa, de poeta desangrado a crucigrama encabronado. Me doy risa, novelista despojado. Me doy risa, hombre de letras e ilusiones.

Entre Kafkas y Chagalles invento una realidad distinta a los consejos, distinta a la de otros, una realidad que no quita el hambre de la otra, de aquella que me aqueja y me amenaza. No me he dado por vencido, más por necesidad que por orgullo, más por suerte que por sangre. No me he dado por vencido por la lucha que me llama. Eso es todo: las palabras me consuelan, pero sobre todo, me castigan, me amenazan y me matan. Las palabras me persiguen y se enojan si las dejo. Las letras me matan en ausencia y en presencia. En locura y en cordura, me dislocan en imagen y me vuelven soñador. Entre Kafkas y Chagalles un día despierto siendo insecto, siendo vaca o rabino, siendo infame sacrificio y esperanza.

Un día más despierto con corbata, con un escritorio aplastándome la espalda, con un portafolio atado a la mano y una sonrisa detestable de anfitrión. Un día más despierto siendo insecto por adentro, disfrazado de recuerdo. Disfrazado de persona. Un día más despierto haciendo transferencias, dejando los libros en la casa, la tinta en el cajón. Despierto corrigiendo cicatrices y olvidando en verdad quién soy. ¡Puta madre! ¿Quién soy? Un idiota adolescente esperando ser leído. O un irresponsable hombre de casa que no respeta su trabajo. Soy un ser de agua salada que se funde con la tinta. No soy más y no soy nada. Y atrapado entre el olvido y el exilio me despierto una vez más.

Entre cuadros y palabras, colores y locura, regreso hoy a ser quien nunca fue leído, quien apunta en su cuaderno su poesía a escondidas. Soy un silencioso fantasma extinto y me seco entre lágrimas heladas. Me desnudo de nuevo. Me desnudo otra vez. ¡Y qué! No estoy solo, estoy vacío. Entre Kafkas y Chagalles, entre shtetls y permisos. Entre lana y crucigrama. Entre mi piel y mi delirio. Atrapado. Disfrazado de persona.

Ya veremos que me manda mi destino. Entre Kafkas y Chagalles. El olvido.

A UNA VOZ DE LIBERTAD

Con la sal de tanto mar rodeando tu garganta
tus gritos desgarrando las fronteras
Sangre a sangre
Muro a muro
Cara a cara
En el mundo que define la distancia
tu voz está en la paz de quienes se dicen libres
de quienes no lo somos sin los tuyos

Para ti la y no es una i griega
es una i cubana de tu año
Despiadado nombre matricula
Es la sal con y de tu garganta quien me llama
Incansable lucha de sudor y bytes de acero
de lagrimas y balsas de rodillas. Teclas fuertes.

Tu acento hace falta a mis oídos
Tu sueño se hace mío por la sal de tu garganta
Y por tu risa. Por tus ojos. Por tu letra
Tu sueño se hace mío por la izquierda que te cubre
Te aprisiona solitaria, desmedida madre tuya

Son tus dedos quienes paran mi camino
Son tus gritos
Te queremos fuera, te queremos aquí
En este mundo no menos podrido pero más abierto
En el que brillas como sol de mil senderos
Cuenta con mis ojos
Con mi sangre
y con mi tinta
Con la seca sal de mi garganta

Cuenta con mi fuego derribando muros en tu incendio
con la letra de mi nombre con mi año y mi guarida
con la sombra del pasado que me cubre las espaldas
Cuenta con mis letras y mi insignificante fuerza

Y la sal de tanto mar rodeando tu garganta
tiene un nombre de este lado
Soy tu voz desesperada
un corazón tendiéndote la mano


a Yoani Sánchez

Blog

@yoanisanchez

lunes, 12 de octubre de 2009

COMO CADA NOCHE

Estaba en casa. Esperando. Desnuda como cada noche. Desprendía de su cama su perfume. Todo era perfecto. Como cada noche. Su cintura deseaba ser prensada por las fuertes manos de su amante, entre sus piernas la humedad se hacía evidente. Se tornaba en un encuentro de lujuria y desespero. Lo esperaba. Como cada noche. Desnuda. Sin pensar, sintiendo: soñando despierta con sus brazos rodeándola, poseyéndola. Era suya, lo sabía. Era él. Era ella. La noche no era injusta. Alumbraba con su negro aquellos cuerpos desnudos, sudando, sufriendo, sintiendo. Enclaustrados en las nubes del olvido. Viviendo, como viven los que nunca morirán.

Estaba en casa. Esperando. Y su desnudez se hacía presente en su recámara, abarcaba cada hueco de su ausencia, despertaba de sus sueños para poseerlo por completo con la mente. Llegaría, la tomaría, la penetraría. Como cada noche. Vuelta loca escucho el sonido de la puerta.

Había dejado abierto.

¿Cómo le diría que esta vez no cobraría?

CON TU AUSENCIA

Suspendido entre la luz y la nostalgia
receptor encabronado del destello
consolando los instantes del destino
Espero

Espero

No conozco la nostalgia pero espero
caminando por la acera del olvido
olvidado por los sueños y enredado
Te veo

No sé lo que veo pero te veo
Ese instinto encarnizado de vivir
y ser vivido
respirar por las entrañas del deseo

Y vivo

Ya sin ti pero contigo

Me sorprende cada día la mañana
con tu ausencia embarrando los cristales
soledad empedernida destrozando
en armonía

Y sonrío

Amargamente sonrío con la luz de tu figura
dibujada todavía entre mis manos
y llegaste, te quitaste. Ya no estás
Y sonrío

Amargamente decidido
sigo vivo

¿Y ÉSTE QUÉ?

Mi foto
Un observador del mundo actual. Leo. Luego escribo. A veces me cuesta trabajo comprender que existo. Pero me gusta observar el mundo actual y plasmarlo en letras. No hay mucho más.

SI BUSCAS...

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