miércoles, 28 de abril de 2010

UNA FOTO COMPLETA

La página en blanco. El ogro desgraciado. Ese demonio desalmado que amenaza cada día a columnistas, articulistas y escritores en vías de desarrollo, es vencido, al parecer, por aquella arma mágica, poderosa espada que alimenta a los lectores: tirar mierda. Para los que no sepan, se dice tirar mierda a quejarse, a hablar mal; siempre, claro, con un “fundamento”, una justificación que termina haciendo populares a los escandalosos. Para ser más claro, vendemos chisme, consumimos chisme, desayunamos chisme, nos nutrimos de chisme. Y, al igual que en secundaria, nunca era chisme decir lo chingón que era alguien, sino con quién se había dado de besos, o cuál había sido su última metida de pata. Buscábamos, en secundaria, a nuestros patiños, o éramos patiños de otros. La costumbre se nos quedó. Tenemos un gran patiño, alguien que lo aguanta todo, a quien le podemos tirar mierda de día y de noche, alguien cuyos defectos son tan evidentes que nosotros, ordinarios mortales, podríamos solucionar con un chasquido de dedos. Los demás, son los imbéciles. Nosotros, quienes los señalamos, quienes seguimos a aquellos que los señalan. Y al final del camino, así es esto.
            Ayer por la tarde, recibí un correo que coronó una perfecta trilogía que dio vida a estas palabras: una buena amiga, vino a vivir al DF, muerta de miedo, espantada de todo aquello que escuchaba de sus amigos capitalinos, de sus anfitriones pretenciosos y anarquistas que hablaban de lo jodida que era la vida en esta capital. Espantada de que saliendo a la calle llegara un robachicos a arrancarle su bolsa del brazo para salir corriendo a toda velocidad con ella, de ver asaltos en la calle mientras ella transitaba en paz, de ser asesinada por que sí, porque el crimen es el crimen. Como dije, muerta de miedo. Es una niña guapa, simpática, exitosa. Me escribió un correo en el que me decía que tal vez pensaría yo que estaba loca, que seguramente no estaría de acuerdo con lo que me iba a decir, pero que estaba maravillada con mi ciudad, que estaba feliz de ver lo que veía en sus calles, que la gente era cálida y hermosa, que todos la trataban bien, que el metro era una maravilla. Y sí, claro, tiene sus cosas malas, pero no todas, como ella pensaba, de hecho, muchas menos que las buenas. Estaba feliz con la decisión que había arrancado angustias y lágrimas durante tantas noches antes de aterrizar. Me dijo que el DF era universal, mágico, con un clima único y una vibra increíble que nunca había sentido. ¿Qué? Sí. Eso fue lo que percibió ella y a mí me dio tanto gusto.
            El resto de la trilogía se dio un par de días antes, cuando un amigo argentino que lleva viviendo 32 años en México regresó de unas vacaciones en Brasil. Aquí no entraré en detalles, simplemente dijo que en México estamos en los cuernos de la luna, es fácil comunicarse, es fácil encontrar cierto orden, la gente está dispuesta ayudar. Y sobre todo el aeropuerto (ese del que los capitalinos nos quejamos tanto), es una maravilla, hay de todo, está bien armado, la gente sabe por dónde sí y por dónde no. ¡Deberías de ver el de Río! (me dijo) ¡No mames! Esa misma mañana, desayuné con una ejecutiva colombiana trabajando en México. Había estado viajando por carretera en el país para ver asuntos de negocios. Y me dijo, “No entiendo por qué los mexicanos se quejan tanto de sus autopistas, ya quisiéramos en Colombia al menos una como las suyas”.
            La conclusión a mi breve trilogía es simple. ¡No todo está jodido! Tenemos varios ángulos para ver el mismo panorama, muchos enfoques. Nuestra misión, como ciudadanos, es explorarlos. Explicarlos, si tenemos oportunidad, diversificar las opiniones para que el consumidor de las mismas pueda crear su propio criterio basando en un esquema de verdades. No de sensacionalismo y realidad sesgada. Tenemos un gran país. Y es de todos. ¿Podemos, por una vez, intentar representarlo en una foto completa? ¿Alguien lo hace? Y si es así, quiero saberlo, para apoyarlo. 

4 comentarios:

  1. Muy atinado tu articulo, los mexicanos nos quejamos tanto y vemos todos los defectos del pais, que minimisamos los grandes atributos que tiene. Hace un par de meses visite un pais en Centro America, y muchas de las carreteras eran de lo peor. Esto me sorprendio ya que tal pais es catalogado "La Suiza" de Centro America. Ojala que las grandes empresas informativas hicieran programas que demostraran las cosas buenas del pais y dejar atras tanta nota amarillista. Saludos! - @caballoradio

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  2. Yo vivo en el D.F desde agosto de este año, y también llegué con los oídos y el alma llenos de truculentas historias, y un costal lleno de advertencias. En fin, te cuento que me gusta, me gusta mucho. La vida cultural es diversa, plural, VIVA. Hay cosas por modificar , por supuesto, pero tendremos que abjurar de nuestra herencia malinche y apreciar todos lo dones que aquí hay. Y te puedo hablar de educación, de adolescentes , arte, música y literatura en el mismo tono, nos falta apreciar, revalorar nuestra herencia y nuestros logros. Saludos.

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  3. Es más fácil criticar que admirar? Yo creo que no. Me resulta tan sencillo ver un gran país, con una flora y fauna deslumbrante, con gente cálida y simpatica, con comida maravillosa y con alegre música. También tiene miles de deficiencias, que todos conocemos. Entonces, trabajemos en lo malo para cambiarlo a bueno. La crítica sin acción es basura. PD. Para tráfico, el de El Cairo, neta.
    Como siempre, lo que escribes es interesante. Un abrazo! @lizita_

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  4. Totalmente deacuerdo… tomando de ejemplo la capital, para las personas que no vivimos en ella, la única referencia que tenemos de lo que se vive ahí es a través de los medios y el chisme, y si los medios se dedican a resaltar todos los defectos en lugar de enseñarnos todo lo rico de la ciudad, esa es la imagen con la que nos quedamos… porque siempre es más fácil ver lo malo que lo bueno y eso aplica en general… confieso que he estado en DF por trabajo y por placer (para ir a ver teatro exclusivamente, que amo y que en Monterrey no hay tanto y tan bueno como el que tienen ustedes) y cuando he estado allá me muevo con miedo… y ahora que en Monterrey estamos en medio de la guerra del narco, y veo desde adentro lo que pasa y veo como los medios manejan la información fuera de esta ciudad, me asombro de la imagen que tenemos en el país, que si bien es cierto que son tiempos peligrosos, no es como lo pintan en la tv… Y si nosotros mismos nos tiramos mierd… no esperemos tener una buena imagen fuera de nuestro país… tan rico en tantos aspectos… y tan poco valorado…

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Un observador del mundo actual. Leo. Luego escribo. A veces me cuesta trabajo comprender que existo. Pero me gusta observar el mundo actual y plasmarlo en letras. No hay mucho más.

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