domingo, 9 de enero de 2011

UN DOMINGO POR LA MAÑANA

Aprendí a escribir un domingo por la mañana. Mientras Joseph K enfrentaba un proceso y el absurdo dirigía la mañana confundida entre un sol asfixiante en la ciudad de México y la nieve de Praga.
            Aprendí a escribir un domingo por la mañana porque Artur Rubinstein me enseñó en secreto cómo se tocaba el Concierto para piano 2 de Saint-Saens. Un domingo por la mañana me di cuenta que las letras me susurraban cosa y que Kafka quería decirme algo, descubrí que no existo más allá de mi propia imaginación y que mis letras son la mitad de esta. Descubrí que no soy letras, que tampoco soy descrito por letras. Un domingo en la mañana acepté que soy pretensioso y que no sé nada, que necesito escribir más suspenso en mi ficción y más fantasía en mi suspenso, un domingo en la mañana, Leni besaba a K, un domingo en la mañana hice ejercicio y llegué a la premisa de que una hora de ejercicio y una hora de lectura diaria podrían ayudar a cualquier persona a ser un poquito mejor.
            Aprendí a escribir un domingo por la mañana, más bien, aprendí que no sabía. Desayuné un licuado con avena y leí una revista, viajé al recuerdo de una novela terminada de leer hace un mes y lloré de nuevo. Luego de la pausa regresé a Kafka y al concierto de piano de Saint-Saens que comenzaba por tercera vez a sonar en mis audífonos. Algo pasaba con el aire. Algo pasaba con el sol, todos fuimos uno por un momento y el sol me leía al oído,  y el aire me despertaba, me hacía sonreír sin sonrisas. Porque no quiero sonreír.
            Porque solo soy un loco y no quiero ser más que eso, quiero escribir y la página en blanco no me deja el día de hoy. Justo aprendí a escribir un domingo por la mañana y no puedo hacerlo. Aprendí de mí, me conocí por completo y de pronto se me olvidó.
            Lloro con mi página en blanco y Kafka se ríe de mí. Ese soy yo. Leyendo de nuevo El proceso. Parece que no aprendo.

4 comentarios:

  1. Si estos son los efectos de una ignorancia entre letras, no aprendas nunca y sigue siendo a medias frente al blanco rebelde, tal vez está intentando contarte otra historia...

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. De pronto sentí que mi domingo es aburrido e intrascendente y que todo mundo debería despertar con los susurros del viento y el sol al oído, aprender más de uno mismo y nunca dejar de alimentar todos los días las pretensiones para hacerlas realidad antes que nos sorprenda la noche.

    De pronto estoy segura que es más importante aprender por completo quienes somos que recordarlo, porque pasado el momento ya no somos los mismos.

    De pronto me percato de que hoy no me toca llorar... y tal vez sería bueno.

    Gracias por compartir tus reflexiones. Besos

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  4. No aprendas, sigue intentando.
    De los intentos no se escapa la locura...

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Un observador del mundo actual. Leo. Luego escribo. A veces me cuesta trabajo comprender que existo. Pero me gusta observar el mundo actual y plasmarlo en letras. No hay mucho más.

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