domingo, 19 de julio de 2009

ALGUNA VOZ

Si alguien necesita salir a pasear por el aire fresco de una noche justo después de la tormenta, o si alguien necesita devorar un corazón antes de dormir, pueden acudir al club del crucigrama: un lugar oscuro en el que se puede descansar y vivir la soledad más dolorosa en medio de un masaje de palabras, incrustado en una antigua imprenta iBook, o sintiendo como el aire escapa de los pulmones.

¿Alguien quiere continuar el show que otro comenzó? ¿Seguir el camino con pasos añejos que nos llevan al destino? ¿Dónde puta madre está Miles Davis cuando más lo necesitamos? Pero por lo pronto nos enteramos que vivimos en un mundo, y que la distancia no es ensueño y que los olores no son siempre verdaderos. Los perfumes y las máscaras escondidas tras las letras.

Un momento. Pausa. Hora de suspirar. ¿Dije suspirar? Lo siento, ¿en qué traigo la cabeza? Hora de respirar. Para comenzar de nuevo.

¿Alguien está interesado en más letras? Electrónicas o no, papel y tinta, ruido o sonido, esperanza o desilusión, ¡qué más da! Sólo son letras. Nuestras letras, las que nos describen un trayecto y nos cuentan las historias, las que llegan a informarnos quiénes somos y por qué. Esas letras que describen nuestra imagen y se cuadran obedientes a una orden superior a nosotros mismos.
Perdón, ahora regresaré a los temas serios, a la guerra de poderes, el Internet y la soledad, el trabajo y el delirio, nuestras mañanas desalmadas y el intenso atardecer de tele y sólo té. Al regreso de un día cotidiano.

El viernes murió un periodista de un madral de años (92, o sea, noventa y dos), venerado presentador de la CBS dicen algunos medios (El país 18 de julio 2009), el sábado se cumplieron quince años del mayor atentado en contra de judíos en Latinoamérica y mañana se cumplen cuarenta años de la conquista (¿será esa una palabra correcta?) humana de la luna (¿será esa la expresión correcta? Y yo sigo insistiendo que no encuentro a Miles Davis cuando lo necesito, cuando el mundo en el que vivo va más rápido de lo que Mafalda pensaba y Pérez Reverte escribe al mero madrazo para un periódico mexicano. ¿Qué podría hacer Miles Davis por Neil Armstrong? No lo sé. Hoy no lo sé. Hoy estamos en otro año de otro tiempo y de otra vida. Hoy no entiendo.

Pero las palabras siguen existiendo, y nos siguen amenazando, persiguiendo. La poesía sigue haciéndose presente aunque se esconda tras piel muerta de serpiente. La poesía de verdad aún existe, lo crean otros o no. Seguimos rodeados de tinta y de esperanza negra, de papel casi blanco y de nostalgia de colores. Seguimos rodeados por aquello que entendemos nosotros mismos a través de lo que la palabra transmite a nuestros ojos.

¿Alguien quiere subirse al barco de un capitán desconocido? Por favor. Necesitamos adeptos en nuestra insoportable noche de tormenta, necesitamos seguidores en un mundo cada vez más confundido. Necesitamos jazz y helado. Voz en tinta y musas por descubrir.

1 comentario:

  1. (La poesía sigue haciéndose presente aunque se esconda tras piel muerta de serpiente...>

    En efecto, la poesia también muta, al tiempo que nos transforma a nosotros que creemos que escribimos.

    Hoy estamos en otro año, de otro tiempo de otro siglo, y al mismo tiempo, estamos en otra vida que sigue siendo nuestra, en otra mente que se mantiene propia, en nuevas tintas que se siguen confundiendo con sangre.

    A bordo! en las tormentas, en las confusiones, en el jazz y... te regalo un poquito de tango.

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Un observador del mundo actual. Leo. Luego escribo. A veces me cuesta trabajo comprender que existo. Pero me gusta observar el mundo actual y plasmarlo en letras. No hay mucho más.

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