Estar convencida de su propia decisión al parecer no era suficiente, la pasión se filtraba por su sangre, imaginaba las manos frías en su espalda, era inevitable sentir. A pesar de
Sin embargo, Alicia sentía aún el aliento de aquel hombre en su espalda, tibio; durmiendo, después de hacer el amor. Sentía el calor y
Lo había decidido, el compromiso era vital, con ella misma, con nadie más. Era un hecho. No podía arrepentirse. La debilidad no era parte de sus atributos emocionales. Alicia era una mujer de acero, a pesar de sentir aún aquella lengua recorriendo su cuerpo. Sintió deseo, una furia por abalanzarse hacia él desesperadamente y devorarlo. Decirle todo aquello que sentía, amarlo, perdonarlo. Regalarle el resto de su vida. De pronto el deseo se convirtió en una necesidad. Las lágrimas la sacaron de sí misma, la levantaron del suelo, la aterrizaron de nuevo. Las lágrimas se convirtieron en un grito insoportable que su estómago necesitaba sacar. La necesidad se convirtió en amor. ¿Por qué? ¿Por qué?
La decisión estaba tomada. Apretó el gatillo y vio la sangre de aquel hombre volar.
WOW!! no tengo palabras....estas bellisimo
ResponderEliminarperdon quise decir esta
ResponderEliminarEl final, una vez más, un giro de 180 grados, como que metes freno de mano y creo que no todo el mundo tiene esa habilidad! WOW
ResponderEliminarUna sola palabrea Genial
ResponderEliminarLogras cautivar mi atención de principio a fin y emocionarme, no importa cuantos párrafos sean en este caso fueron los justos. :)
ResponderEliminarUn abrazo
Marian