miércoles, 5 de agosto de 2009

NUESTRA CREATIVA SUPERVIVENCIA

De una u otra forma, nos guste o no, el dinero sigue siendo la piedra angular de nuestra supervivencia física: nuestra rudimentaria manera de trueque para conseguir llevarnos algo a la boca y alimentarnos, para lograr cubrirnos del frío. No caben los juicios de valor al respecto: simplemente es.

Entonces viene el otro mundo, el romántico, tal vez el surrealista. El que nos hace soñar y disfrutar de la mañana, en este caso, el arte. La pasión y la locura, los sueños hechos realidad y las pantallas. Nuestra verdad, la verdad que perseguimos y por la que realmente luchamos. ¿Por la que realmente luchamos?

Regresando un par de millas en el tiempo. Retomo el tema de nuestro rudimentario método de trueque: llamémosle, sólo para este post, dinero. El dinero es simplemente la consecuencia de una actividad que solamente en este post llamaremos trabajo. Y en esa palabrita coqueta se nos va la mayor parte de nuestra vida. Las horas más largas que vivimos despiertos (al menos, algunos de nosotros).

Para meter un poco de estructura al texto que se está formando, regreso al tema del segundo párrafo, al que ahora me referiré como arte (sí, estoy utilizando nomenclatura literaria e innovadora, así que cuidado). Arte, trabajo, dinero. O dinero, trabajo, arte. O pasatiempo, compromiso y sustento. O amor, sacrificio y recompensa. Ahí llegamos, a la deformación natural de tres palabras que se convirtieron en una frase. Y al punto central de este texto en creación. ¿Cómo chingaos llego del arte al dinero? ¿Cómo puedo hacer para meter mi compromiso y pasión en un mismo recipiente para lograr obtener la fórmula correcta de mi maná diario? Claro, el esfuerzo, claro el romperse la madre, claro, el amor en conjunto con el sudor. ¿Y la paciencia? ¿Hasta qué punto podemos darle lugar a la paciencia? La carrera es larga y con obstáculos. Y la paciencia es el arma fundamental de los guerreros. Pero mientras tanto, sobrevivir es nuestra empresa.

De pronto nos encontramos en una moderna sala de juntas frente a un proyector, rodeados de gente que se ve como nosotros pero no piensa como nosotros. Esperando una comida en un restaurante de lujo en la que importa más saber de chismes y haber leído el Récord que entender la opinión de un planeta en agonía.

Tal vez sea triste. Tal vez sólo sea. Pero el esfuerzo es sobrehumano, y las madrugadas también se agotan. Y tener dos agendas dentro del mismo ordenador se vuelve una lucha impensable. Sí, claro, la pasión debe de ponerse en todo lo que hacemos. Pero algunas veces simplemente sería hermoso despertar y darnos cuenta dónde está la respuesta.

Al final del camino, todos los obstáculos guían al mismo camino. Al final del camino, lo único importante es poner corazón a lo que hacemos, ¿no? Al final del camino, sólo llegaremos si empeñamos toda nuestra vida en el intento. Obstáculos o no. Juntas. Corbatas y proyectores. Tolerar sonrisas falsas y ser más cabrón que bonito. ¿Qué puede pasar? Siempre tendré mi blog, ¿no?

Vamos con todo. ¡Hasta la próxima!

4 comentarios:

  1. Soy una fiel seguidora de este blog, y me encanta. Es dinámico y si se quiere, ciclotímico... como la vida misma y como la supervivencia de cada uno...

    Siendo una fiel seguidora, no comento mucho; pero hoy sí.

    Hoy comento porque son pocos los que se cuestionan la cosas grandes de la vida y tiene el valor de seguir adelante planteando cambiarlas o al menos no quedándose callados.

    Entiendo la impotencia de oír estupideces y no poder hacer que, al menos unos cuantos, tengan algo de sentido común.

    ¡Ánimo! (Y bienvenido al mundo del multitasking) Hasta ahora está empezando lo emocionante y tienes a mucha gente apoyándote.

    ¡Vamos con todo! (yo ya estoy incluida)

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  2. Es la triste realidad. Así nuestros días se consumen invirtiendo nuestra vida en una cotidianidad vacía que al final nos reportará, en el mejor de los casos, estabilidad económica y tal vez reconocimiento en nuestras áreas a cambio de haber sacrificado nuestras verdaderas pasiones. Tal cual, pasamos la mayor parte de nuestras vidas en frías oficinas rodeados de falsos afectos y afilando el instinto de supervivencia para no ser el débil que otros pisen.

    Así es la vida del artista hoy en día, cada vez menos romántica y más cruda como la realidad misma. Y sólo pocos logran rescatar y mantener algo intacto de ese romanticismo viviendo una doble vida, la de la corbata y la de la pluma, la de los tacones y el pincel, la del portafolio, el móvil corporativo y la moleskine llena de ideas...

    Mientras sea posible, no te rindas...

    Saludos cítricos!

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  3. Además, ¿para qué vivimos sino para morir algún día? Y aquí entran una serie de valores perdidos: la amistad, el amor pero; sobre todo, la disminución en la capacidad de asombro. Grave. Gravísimo. "No tengo tiempo", "salí tarde de la junta", "tengo que entregar un reporte" son tres de los cientos de frases que nos carcomen no sólo la palabra sino también el pensamiento y olvidamos lo más importante y se revuelven los números en nuestra lista de cosas importantes. Es idealista pensar en un mundo sin dinero, pero, ¿hasta qué punto vale la pena desgarrarse para él? Nadie se va de este mundo con un fajo de billetes en la mano. Hay que saber lo que vale la pena atesorar en esta tierra.

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  4. RESPECTO AL PRIMER EPISODIO DE EL ESPEJO INTERESANTEMENTE INTRIGANTE...TE TRANSPORTA DETRAS DE LOS MISMOS OJOS REFLEJADOS EN EL ESPEJO DE LA INEXORABLE NATURALEZA HUMANA...

    ME ENCANTA...ESPERO UN DIA PUEDA COLABORAR CON ALGUNA OBRA LITERARIA DE ESTE TIPO...
    SALUDOS

    ATENTAMENTE ALDO GASPAR FLORES

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Un observador del mundo actual. Leo. Luego escribo. A veces me cuesta trabajo comprender que existo. Pero me gusta observar el mundo actual y plasmarlo en letras. No hay mucho más.

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