miércoles, 2 de septiembre de 2009

REDEFINIENDO SOCIAL

La tecnología. La gente. La comunicación. El siglo veintiuno. Empiezo a abrumarme con tanta cosa. Como mi cabeza sola se acelera demasiado, intento aplicar la pluma para poner orden a mis ideas. Y pienso en la nueva definición que tiene la palabra social, la palabra red y la palabra medios: como la salida se vuelve escurridiza y no se alcanza a ver bien la puerta, pues comienzo a pegarle al teclado con la información que éste pueda proporcionar. Y empiezo, pum, pum, pum, pum. Taca-taca-taca.

La convivencia y los perfiles. El espacio para hablar, las reuniones públicas. La revolución. Carajo, sólo se me ocurren palabras sueltas para dar forma a una serie de palabras sueltas, para tratar de encontrar una forma de describir al mundo tal y como lo veo yo en este momento, a esta hora de este día. Mañana es otro mundo, y no sabremos cómo será. Hoy sólo puedo hablar de hoy. Y lo que yo veo es una calle, una calle peatonal que cada vez es más transitada, una calle peatonal que tiene reglas, que necesita ética, justicia, que une a la gente y en la que todos pueden convivir, una calle en la que uno se puede detener un segundo en un puesto de periódico, o en una tienda, en un cine, en una librería, en un salón de clase. Una calle virtual en la que todo está a la mano y en la que los solitarios no nos sentimos tan solos. La variedad de lenguajes, estratos sociales, formas de pensar, géneros, bandas, motines, espacios, colores, sabores, gustos y espectáculos es ilimitada. Y sólo nosotros decidimos con quién convivir y con quién no, el lugar en el que entramos y en el que no. Es tanta la diversidad, que hay expertos en el tema, otros sólo aconsejan qué hacer y muchos siguen a quienes tienen algo que decir. En esta calle nada es más odiado que los vendedores ambulantes, nada es más odiado que la gente que está ahí para joder. ¿Y qué pasa con ellos? La misma calle le da justicia.

Entonces, mientras que viajamos en una alternativa a nuestra vida cotidiana que se vuelve cada vez más parte de nuestra vida cotidiana, vamos haciendonos de una nueva personalidad, o vamos alimentando la nuestra, la tradicional, la que “la otra gente” entiende. Vamos caminando por una calle nueva en la que habemos algunos, pero en la que terminaremos todos.

Eso es lo que entiendo por social, una gran plaza en la que todos estamos reunidos sin importar quiénes somos, una gran plaza en la que estamos trabajando y comprando al mismo tiempo, en la que si nos dan ganas de conocer gente la conocemos, en donde nos recomiendan qué comer y qué serie de tv veremos por la noche. Una gran plaza en la que nos dicen las noticias, en la que somos nosotros mismos y no. Depende de lo que queramos, si buscamos ser observadores lo somos, participadotes, lo somos, agitadores, políticos, escritores, pintores o fotógrafos. Somos lo que queramos, siempre y cuando, estemos dispuestos al escrutinio público, porque también nosotros decidimos cuánta gente hay en nuestra plaza.

La palabra tecnología, a mi ver, hoy no sólo es un tema por sí mismo, es un tema de temas, el medio de transporte de cada una de las alternativas que nos da el mundo actual, de la ciencia, del arte, de los negocios y las finanzas, de las relaciones emocionales, del sexo, de la prostitución, del libertinaje, de la magia, de los sueños. De las palabras, ¡de mis palabras! ¡Whoa! Entonces llegamos a redefinir poco a poco lo social, pregúntenle a @laquesefue (me encantan sus tips), al gran lord @mashable (¿tengo que decirlo en mayúsculas? ¿No pasa nada si lo comparo con los humanos?). Ellos saben. Comprenden la nueva ciudad en la que habitamos todos, la calle, la plaza, las tiendas. Ellos nos explican qué buscar y cómo.

Nosotros, ordinarios mortales, sólo ofrecemos nuestros humildes servicios a una comunidad ansiosa por recibirlos. A una comunidad que pide más, que exige más, que consume más y que se divierte como nunca. Todo eso, para después llegar a nuestra vida social “real” y poder contar lo que vimos en nuestra propia calle peatonal, en nuestra propia plaza y lo que sólo nosotros sabemos, porque estamos muy informados. Hemos creado nuestro propio mundo social a medida.

6 comentarios:

  1. Aqui aprendemos todos de las palabras de todos, nos reimos, nos conmovemos, compartimos muchos dicen no pasa nada pero algunos otros sabemos que pueden pasar muchas cosas, y hemos decidido vivir paralelamente en un virtual y otro real mundo. Es bueno tener gente como tu en uno de mis mundos ^^

    Marian.

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  2. Es fantástica, la percepción que tienes de un mundo virtual al cual le haces una descripción tan real, donde nos llevas a un mundo tan real como la vida misma, tan real como la gente que lo escribe, tan real como lo que escribe.

    Palabras. Verdades, mentiras. Palabras. Dudas. Esperanza. Palabras. Inocencia. Alegría...

    Quien dice que no pasa nada? Siempre he pensado que detrás de las palabras hay emociones y sentimientos y donde encuentras esto, encuentras vida, ahí, en esa calle, hay vida…

    G.

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  3. Ordinarios mortales? Humildes servicios? Ni una ni otra, los ordinarios mortales son las personas que no cuentan con ningún tipo de tecnología a su alcance, ni la capacidad de poder transmitir una idea bien desarrollada un gremio, grupo ó comunidad. (Sin querer herir sensibilidades)
    Humildes Servicios? para nada..!!! porque la mayoría que estamos inmersos en la tecnología y nos servimos de ella, somos súmamente demandantes, y exigimos cada día más de aquel que pretende captar la atención de los demás. Cuando se pretende alcanzar la fama y el éxito se puede (y a veces se debe) ser soberbio.
    En mi más humilde opinión... jajajaja!
    =)

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  4. Palabras muy ciertas!la percepcion q tienes acerca de este mundo virtual! yo en particular encuentro increiblemente interesante este mundo donde podemos encontrar: risas, oraciones, a lo mejor hasta un trabajo!! una buena conversacion, una recomendacion que se yo,En este inmenso espacio de letras y lineas.

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  5. Coincido en varios puntos que mencionas. Ese mundo social personal, cada quien es libre de llevarlo como mejor le parezca. En la variedad está lo interesante. Lo importante, pienso, es también no estancarse y actuar según los cambios. Adaptarse, en pocas palabras.
    Saludos!!!

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  6. pareciera que esto fuera como un torbellino que asediara hasta nuestra conciencia. Espero que en aquella plaza exista un espacio para la tranquilidad, la contemplación y la reflexión. Aunque sea un pequeño banco, aunque sea breve, pero que exista.

    Esa rapidez - que pude notar cuando leía. Debes haber escrito esto con ansiedad, me pertubó un poco. Pero es la realidad del hoy: un mundo demasiado rápido, en donde cada personas somos verdaderos huracanes que conversan de vez en cuando, pero siempre con rápidez, como queriendo terminarlo pronto, para seguir adelante, avasallandolo todo.

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Un observador del mundo actual. Leo. Luego escribo. A veces me cuesta trabajo comprender que existo. Pero me gusta observar el mundo actual y plasmarlo en letras. No hay mucho más.

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