jueves, 17 de septiembre de 2009

UNA MAÑANA NUBLADA

El día nublado hacía parecer desolada la calle por la que paseaba. Alicia empañaba su pasado con la recién apagada lluvia. Intentaba deshacerse de sus recuerdos, enterrarlos en el lodo de la acera. Buscaba desaparecer aquella noche. Borrarla.

Un enfoque diferente llamado futuro, la pasión de descubrir con asombro el color que se refleja en el nuevo cielo, en el sol que busca su camino hacia otro día. A pesar de la tormenta. Roberto no sabía más de nada. Disfrutaba todavía de su vida.

Esperando en un café a que la tormenta pare. Solos, callados. Sin decir una sola palabra. Había sido un mal día. La lluvia no lo hacía mejor, la calle no lo hacía mejor. El evidente trámite de divorcio a empezar el día siguiente no lo hacía mejor. Gustavo sabía que Raquel no podía irse de la casa aquella noche. Tendría que esperar a la siguiente mañana. Era inútil siquiera pensar.

De pronto la locura mezcla los colores, la música se dibuja en la pantalla. Todos somos uno y no discutimos nuestra propia existencia. Lluvia o no, nos deshojamos. Repetimos frases creadas hasta convertirlas en mantras. Intentando escapar de tantas cosas. Esperamos a la siguiente mañana, que, a pesar de las nubes, nos traerá un poco de luz. O no.

Gustavo no durmió. El sillón era incómodo. Estaba cansado de gritar, de pensar, de contener la rabia en su estómago. Estaba cansado de vivir. De imaginar a Raquel con otro. De imaginar sus sueños pisoteados. No podía más, aún así, no pudo dormir. Se vistió para estar listo cuando Raquel despertara.

Alicia esperó aquella noche. Hasta escuchar a la tormenta callar. Esperó hasta el amanecer sin respuesta. Era esa noche o nunca más.

Roberto se preparaba para un nuevo día. Subió a su auto, y, como de costumbre, subió el volumen al estéreo. Disfrutaba de cantar en camino al trabajo.

Raquel estuvo a su lado, caminaban hacia la oficina del abogado. Algo sucedió. Gustavo se despistó al cruzar la calle y el pequeño Chevy blanco no pudo hacer nada. No con el asfalto mojado todavía por la tormenta de anoche. Lo mató.

Roberto manejaba, cantando, feliz. Aquel hombre se cruzó en su camino, no pudo hacer nada. Su Chevy fue cómplice. No importaba la culpa. Importaba que era un asesino, y nunca podría lidiar con eso. Intentó llorar, pero quería haber muerto él.

Alicia caminó. Su amante no había aparecido, era ese día o nunca. La había dejado. Avanzó por la calle nublada recordando que Raquel había prometido dejar a su esposo aquella noche.

12 comentarios:

  1. Interesante relato, lo que nos trae y deja la lluvia, es curioso siempre asociar la lluvia con eventos tristes,
    Me gusto el relato

    @Natalhye

    PD Un post cortó o nunca dejare algún comentario

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  2. Muy buena la historia, el final inesperado pero eso es lo que me gusta de tus relatos, además como siempre me haces que me transporte a la historia imaginado de una manera tan realista lo que sucede en ella...Me gusto mucho...Saludos y Besos

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  3. hola
    pues que puedo decirte sabes e sobra lo que pienso de tu trabjao asi que una mas que me fascina

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  4. MMMMM Me parece que te va esto de hacerlo más libre, más como surja no? ja! lo habrás revizado muchas veces a pesar de q lo escribiste rápido, así q por ello tiene aún más mérito el q fluya de forma tan real, finales inesperados? finales muy tuyos. Q' no me pareció? Eso ya luego te lo diré jaja! Así q cumplo el trato y listo te seguiré!

    claucha

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  5. ¡Me encantó! ¿Qué puedo decir en realidad? La tormenta, el cielo nublado bajo el que todos viven, cada detalle, me pareció fantástico; enredos amorosos con un tono de desencanto, tal vez tristeza. Como una vez mencioné, eres digo representante de aquella bella estructura de la literatura, gran arquitectura moderna!
    Buen día!




    .♥. chicle

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  6. Me gustó la historia, pero leo y re-leo y me perdí, quién manejaba? Gustavo o Roberto?

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  7. La lluvia no es tragedia nada más, también significa q puede llevarse las cosas malas y es señal de q ya no hay rencores por q ya se los llevo.
    El sol nos demuestra q no siempre van a ser los días negros, sino, q se van a mejorar y q se van las nubes negras q no vemos q se irán tarde o temprano.
    La pasión y el amor es parte del ser humano y el que pierde esa sensibilidad no es nadie.
    Al meter los finales inesperados le da la sal y la pimienta q todo escritor debe de tener para firmar su obra.
    Por todo eso insisto no solo eres un escritor, sino, un artista.
    SIGUE ASÍ!!!!

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  8. Me gusto la forma en que se transmitio el sentimiento, el ambiente y la tristeza, la lluvia fue fiel testigo y complice de la historia...

    Muy buena lectura, excelente historia.

    Un fuerte abrazo

    JoePollo

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  9. @ Rafael Tienes toda la razón, compadre. Cambié un nombre por el otro, pero ya está corregido. Espero me disculpes y muchas gracias por hacérmelo notar. Un abrazo.

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  10. :)
    y cuéntame... con qué experimentaste hoy? o en qué consistió pues, tu exploración?

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  11. La idea era soltar párrafos rápidos, sin decir gran cosa. Para terminar al fin, con ellos, entrelazando una pequeña historia con mucho punch.
    Más o menos eso.
    ¡Saludos!

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  12. Nunca habia entrado a tu espacio, muy bonita historia.
    Felicidades.

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Un observador del mundo actual. Leo. Luego escribo. A veces me cuesta trabajo comprender que existo. Pero me gusta observar el mundo actual y plasmarlo en letras. No hay mucho más.

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