martes, 15 de septiembre de 2009

SEPTEMBER (15) MORN (EN EL CENTRO)

Definitivamente no quería ir. Era un hecho. ¿Qué pinche necesidad tenía de aparecerme por el centro cuando está cerrado? Pero las circunstancias se volvieron en mi contra: tuve que hacerlo. Pero no sólo eso, sino más tarde de lo que yo esperaba, la corrección de un texto se puso complicada y yo, pues me quedé peleándome con ella. Y no me di cuenta, así que ahí andaba. Pasando por el Auditorio nacional, rumbo al centro de la ciudad de México ni más ni menos que a las 9:30am, esperando un espeluznante tráfico que me disponía a soportar como un valiente ciudadano, ¡ya qué!

Para mi sorpresa, todo fluyó. Cuando llegué a Avenida Juárez, los policías muy civilizadamente nos decían que hasta ahí habíamos llegado. Así que decidí buscar un estacionamiento público, aparcar mi coche y lanzarme caminando hasta 20 de Noviembre –para eso había dejado guardada la corbata en la casa, ¿no? Venía cómodamente en jeans y suéter, con un portafolio ligero colgado del hombro: cual turista listo para pasear. Y paseé– lo encontré a la primera, vacío. ¿Y ahora? El ruido Juárez se había esfumado. No entendía. Por un momento me sentí productor de algún concierto o algo así: backstage. Gente con radios rodeada de policías bocinas aquí y allá, estructuras de iluminación, todo el aparato necesario para montar un show. Juárez cerrado, y la gente, callada. Algunos despistados como yo caminando en silencio, otros dependientes de comercios aburridos en la calle fumando o charlando entre ellos. Juárez estaba vacío. La explanada de Bellas Artes casi desolada. Yo seguía sin entender. Eran las diez de la mañana, a pesar de estar nublado eran las diez. Yo sólo había visto algo así en la zona antes del amanecer. Me pareció bellísimo el escenario. Ahora sí, viene la parte surrealista. Y seré mucho más conciso en lo que viene, porque así fue: rápido y conciso. Divertido y surrealista.

Caminando por Madero, como en día de kermés, una cuarta parte de la gente que veo comúnmente. Los dependientes de las tiendas sin gente en la calle, fumando, platicando de su propio aburrimiento con sus colegas de otros comercios. Una mezcla excéntrica en la misma imagen: cientos de policías movilizados por todas partes, camiones de televisoras y de más polis. Ingenieros de algún canal de tele y polis escudados corriendo de aquí para allá. Mientras que el resto de la gente caminaba con una güeva del tamaño de los impuestos que quieren que paguemos. La apatía generalizada se notaba. La música tradicional mexicana pretendiendo ser alegre resultaba más deprimente que las cumbias a todo volumen en un día cualquiera. Algo había que nomás no prendía la gente. Pero eso sí, todos pasando a través de los retenes o filtros para llegar al Zócalo, a pesar de los otros guardias les tentaran sus partes íntimas buscando armas, bombas o latas de jugo. Pasaban por el detector de metales para entrar a la plancha, lista para un magnánimo desmadre. Eso sí, va a ir un montón de gente.

En medio de estas calles sin coches, medio sin gente, con gente, o con un poco de apatía. No lo sé. En medio de estas calles del centro de la capital mexicana, había un malabarista sueco, de no más de 25 años, jugando con cinco o seis pelotas a la vez, en medio de una calle llamada, precisamente 16 de Septiembre. ¿Qué hacía? Practicar. Llevaba ya sus franjitas tricolor pintadas en la cara. Y estaba, según él, esperando unas horas más para vestirse de “mexicano”, no quiso decir su atuendo o dónde se quedaba, pero estaba emocionado de que tanta gente lo admirara haciendo malabarismos como los que hacen los chavos menos güeros y más bajitos en los semáforos. Él decía que era pro. A mí me divertía verlo en medio de la calle, tan desentonado con el resto de los transeúntes celebrando con pelotitas el día de la Independencia de un país que visita por primera vez. Le parecía divertido. A mí, surrealista. Empezando.

También sobre 16 de Septiembre está el Starbucks (sí, como un bagel en Starbucks cuando voy al centro, o Starsucks o Starfucks o como sea, yo sí voy). Al entrar veo algo mucho, pero mucho mejor que el espectáculo solitario, decadente y apático del sueco al que no pelaba nadie: un grupo de doce adolescentes japoneses vestidos de fiesta. Riendo, obstruyendo el paso, formados sin formarse para ordenar un café, o un refresco. Lo pasaban de maravilla gracias a Miguel Hidalgo y ellos. Se divertían de lo lindo, tal vez habían planeado su viaje por el mundo precisamente para pasar el quince de septiembre por la noche en el Zócalo de la ciudad de México. Mientras nuestros festivos compatriotas con la pereza tatuada en la frente los veían como bichos raros, bostezando. México lindo y querido. Sí. Salieron del café los japoneses y el café regresó a su silencio espectral, con menos gente de la de costumbre. Afuera los policías, el sueco se había movido de lugar. En silencio, los mexicanos sin morrales pasaban el filtro para llegar a la plancha, en la que se escuchaban las pruebas de sonido. Cola para entrar: silencio entre la gente. Policías cateando. Y el Zócalo llenándose poco a poco de gente silenciosa –que despertará después de un par de tequilas, seguramente–.

Terminé de hacer mis pendientes. Me dirigía hacia mi coche por Madero. Y justo en la esquina con el eje central, me doy cuenta de un grupo festivo, vestidas de colores: sólo verde y rojo. Parecían un mueganito de colores patrios. Pero algo me hacía ruido, tal vez era el cabello güero y el inglés a gritos. ¡Eran gringas! Otro grupo de festivos surrealistas en medio de gente caminando en silencio. La música de Juárez ya se escuchaba. De nuevo, mi México es surrealista. Y eso me gusta. Seis rubias vestidas de colores patrios en medio de muchos bajitos y morenitos en silencio. Esperando, tal vez sólo esperando que llegara la noche para mentarle la madre al presidente sin que éste se diera cuenta, siendo incapaz de descifrar los gritos. Tal vez un montón de hipócritas que dicen cuánto lo odian pero que esperan este día para verlo como en concierto de Maikol. Tal vez sólo quieran chelas y música, tal vez sólo estén por el desmadre, tal vez por patriotismo. El chiste es que esperan. En la noche serán personajes diferentes. Besándose, gritando, festejando, rompiéndose la madre. Escupiendo y, al mismo tiempo, gritando ¡viva México! Ese grito que cada uno de los personajes extranjeros entonará con su particular acento. Disfrutando nuestra independencia desde la mañana, festivos, sin preocupaciones de impuestos o mediocridad. Simplemente aprovechando la música la chela y el desmadre. En un lugar tan pintoresco y mágico que nosotros no podemos ver. En un lugar tan maravilloso como el centro de la ciudad e México. El corazón de nuestra fiesta nacional. Ese lugar que tenemos algunos tan cerca que pasamos apáticos mientras otros lo disfrutan como el día de su vida.

Regresé a mi coche para ver mi grito en mi Zócalo por tele más noche. ¡Viva México, cabrones!

12 comentarios:

  1. Es curiosa la sensación de seguir tus andanzas por twitter y luego leer tus impresiones al respecto, a unas horas de lo sucedido, a unas horas del grito.

    ¡Bien por la precisión y la vitalidad del escrito!

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  2. "a pesar de los otros guardias les tentaran sus partes íntimas buscando armas, bombas o latas de jugo" jajaja, me reí mucho en esta parte, muy buena historia y si no queda mas que decir...

    ¡Viva México, cabrones!

    Saludos

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  3. Entonces asi se vive una mañana a visperas del grito en la ciudad de Mexico....me imagine el relato de esta manera...me gusta como de algo tan sencillo puedas lograr algo tan padre...de hecho yo misma me vi viendo a las gringas y ordenando un cafe en starbucks...tienes ese donde escribir y mientras escibas de esa forma seguire siguiento tus lecturas...asi que hoy no me queda mas que decirte VIVA MEXICO!!!! jejeje Saludos y Besos

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  4. Querido amigo!!!
    Para mi esta fecha es muy imporatante ya que como cuentas tu relato es un 15 se Septiembre muy diferente de lo que yo conocia.
    Yo estaba acostumbrada al folkor de los puestos ambulantes y de las marías vendiendo cuanta chachara te imaginas, los huevitos rellenos de confetti y harina, las banderitas, los puestos de garnachas y todas esas cosas que existian desde mis abuelos (me contaban ellos).
    Cuando me dijiste que estabas allá sentí nostalgia, pero al leerte fue cururiosidad.
    No me imagino ese centro tan diferente a lo que fue mi infancia. Pero me imagino que debe de ser hermoso.

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  5. Siiii muy surrealista... pero qué se creen estos extranjeros que el grito de independencia es un CARNAVAL ??? jejeje
    ya en serio.. Bienvenidos todos y VIVA MEXICO a pesar de los pesares..

    PD. Nótese que te empezó a gustar el surrealismo cuando viste el grupo de gringuitas. Malinchista!

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  6. Yo vengo de allí justamente, y fue la primera vez en mi vida en un 15 de Septiembre,siempre habia repelado la idea de asistir en tal fecha, pero unas amigas extranjeras y otros amigos Poblanos me convencieron... Ellos eran felices chachareando, convencidos de que esta noche será inolvidable ;)

    Lo que yo más disfruté fue ver a los niños con sus trajes típicos y grabar a mis amigos sintiendose en una verdadera "verbena mexicana" jamas antes vista...
    Yo tengo noche mexicana en familia y me alisto con los colores y afino la garganta para desestresarme gritando ¡¡VIVA MÉXICO CABRONES!!

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  7. Me gustó ser cómplice de algo que venías preparando, escribiendo en tu cabeza;en twitter y ahora me quedé callada...me imaginé la escena, caminé en ella e igualmente sentí que ahí estuve...pero ya me regreso a la realidad para ver el grito en la TV porque sería surrealista estar ahí esta noche en el zocalo, nuestro zocalo, sin miedo, festejando y escuchando el grito de Viva México. si estuvieramos de viaje en otro país tal vez festejaríamos como debe de ser! que raros somos no? Buena decisión compartir esto con nosotros

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  8. Como siempre un increible relato y llevandonos de la mano paso a paso!! se q te divertistes el dia de hoy!! A mi particularmente el Centro de la ciudad de Mexico se me hace un espectaculo pintoresco, donde ves de todo, en q otro lugar sales de una estacion del metro, para encontrarte con un templo historico? solo en Mexico!!

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  9. Que buen relato!!! en verdad me gusto mucho, este México nuestro tan contrastante y surrealista, que parece una película de Buñuel eterna, que nos encanta y nos desconcierta todo el tiempo, pasar un día de estos en un pueblo es una experiencia mas divertida date una vuelta un día y cuéntanos lo que ves con ese estilo tuyo tan divertido y absorbente.

    Un abrazo!!!

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  10. Me encantó tu relato mi estimado.

    Y precisamente viví algo parecido el día de ayer, aunque en las calles de Coyoacán (donde pasé el grito) parecía haber un poco de apatía, al final todo mundo gritaba por equis o ye echando 'vivas' de cosas que luego nos quejaríamos y destrozaríamos. Aunque muchos nos enojamos con la situación imperante en nuestra pobre patria con pe minúscula, pareciera que ese hilo de esperanza en nosotros aún desea salir y se hace presente en fechas como la de ayer.

    Sin embargo, no hay que dejar de lado lo que expresas de manera clara. A veces nos pareciera todo tan común y corriente, que sin querer dejamos de sorprendernos inclusive de nuestra propia ciudad y naturaleza. Lo que los extranjeros probablemente vienen a vivir con tanta emoción, nosotros por diversas circunstancias (entre otras la mencionada decepción con la que cargamos) lo vivimos con menos alegría (salvo aquellos que como dicen gritan desaforados alcoholizándose con una 'buena excusa' para hacerlo.

    Yo cierro este comentario con una idea: Debemos de seguir sorprendiéndonos de nuestro país para poder pelear por él y que nuestros hijos vivan la alegría con la que los extranjeros viven un 15 de septiembre, y no la tristeza o pesimismo con la que a veces (y me incluyo) lo vivimos nosotros...

    ¡Viva México!

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  11. Demasiado Surrealista, o tal vez en un trasfondo (aunque lo dudo,)aquellos transeúntes claros representantes de México, callados y con la flojera a todo lo que daba, emitían su propio grito de Independencia por su país. Callados y acostumbrados al panorama de estas fechas; ¿será? creo no lo sabremos en realidad.
    Lo único que claro me queda, es que como México no hay otro, ¡aún con nuestra flojera tatuada en la frente!

    Viva Méxicoooooo Cabroneess!
    "A huevito.com" ajajajaja!




    .♥. chicle

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