Estabas en la cama, Renata, mientras él te desnudaba. Pensabas tantas cosas a la vez. Puedes recordar casi a la perfección la posición de la luna. Pero tú tenías ganas de llorar. Todavía encuentras su aroma en tus sábanas, Renata. Hay cosas que no puedes olvidar. La luna. La lluvia. No puedes olvidar la pasión y la ternura. Tu cama se prepara todavía para recibir su cuerpo. Tu cuerpo lo recuerda, Renata. No creías que había momentos para siempre. ¿Ahora lo crees? Acostada en tu cama, inmóvil, con la vista entretenida en un techo que no dice nada, con los ojos ya sin lágrimas imaginando más que viendo.
El pasado es un suceso, la virtud y la nostalgia. Estabas en la cama aquella vez, Renata, un día y una pasión. Un amor efímero, porque lo amaste, porque aún lo necesitas. La vida se burla de ti, cada segundo, sin tregua. La vida hoy juega contigo. Recuerdas los sonidos y el olor, el color de cada esquina. Recuerdas cómo se iluminaba tu rostro, la luz que emitías al sentirte sensualmente invadida, al sentirte pecadora, al sentir cómo tu cuerpo reaccionaba ante su piel, cómo te contorsionabas al sentir un orgasmo, escuchas todavía tu propia voz gritando. Ves su cara. Respiras su aliento. Sientes el sudor en tu pecho. Estabas en la cama, Renata, acompañada de las sábanas que se quedaron después a acompañarte. El amor era efímero. Hoy no existe el amor.
Renata, la vida es un instante de consciencia, ¿ahora lo ves? ¿Lo crees? Sigues sintiendo su presencia. Lo sientes dentro de ti. Lo único que no encuentras por ninguna parte son los 57 años que han pasado desde entonces. ¿Dónde quedó la vida, Renata? ¿Dónde?
Sin Tiempo, Sin momentos, SIN AMOR... con una pasión.
ResponderEliminarme encantó el final
realmente me gusta el final.
Gracias por la reflexión
mando saludo especial
El tiempo pasa y muchas veces añoramos lo que un día fue y hoy ya no será....me encanto!!! el final muy padre...Saludos!!!
ResponderEliminarPasión... deseo ávido, pero también padecimiento, sufrimiento...
ResponderEliminarMuy buena relato corto. Felicidades.
Final Sin Final. No sé que tan bueno es divagar en el recuerdo, pasearnos por él tan insistentemente, no lo sé.
ResponderEliminarPero cuando lo describes así tan intensamente, tan real, no queda más que abrazarlo y mudarnos a nuestra escena favorita que ojalá tambien no dure tanto como a Renata.
Besazos!
quedaron en el aquel olvidado pasado. Quedó en la mente, en los deseos que todo tiempo pasado fue mejor.
ResponderEliminarRenata: la vida es aquí y ahora.